lunes, 28 de septiembre de 2015

Dificultades escolares que encontramos en muchos niños y niñas que fueron víctimas de experiencias de abandono en edades tempranas y son adoptados o adoptadas



Las consecuencias del abandono y sus circunstancias. Que hay en la “mochila”.

El abandono en edades tempranas y otras circunstancias como el maltrato, los cuidados institucionales para menores, la negligencia, los abusos, la exposición a violencia, y carencias de todo tipo… son circunstancias que  dejan huellas en el desarrollo de las personas. No hay un punto de partida “cero”. Muchas personas e incluso profesionales de la enseñanza y de la salud piensan que como sucedió cuando eran muy pequeños, y como además no hay recuerdo, o no hay conciencia de sufrimiento  pues o no hay secuelas o estas son insignificantes.  Y precisamente al haber sucedido todo esto en edades tempranas hay conductas, emociones, vivencias relacionadas con el sufrimiento que perduran en forma de síntomas. 
Del viaje del abandono y sus circunstancias a la adopción se llega herido y dolido y con frecuencia tras haber vivido tiempos significativos de deprivación en diferentes niveles. Hay necesidades básicas a nivel físico como la alimentación, la higiene, el dormir bien, el abrigo, la salud física, el calor corporal y otras que no fueron cubiertas adecuadamente y estos niños y niñas han vivido hambre, sed, frio, sueño, dolor, malestar físico a unos niveles importantes.

Sus necesidades afectivas y de seguridad tampoco fueron cubiertas completamente y no vivieron experiencias de ser abrazados, mimados, protegidos o contenidos emocionalmente, de manera que la soledad, el miedo, la angustia, la tristeza, el desconsuelo, la confusión, la rabia … han sido emociones y vivencias que había que ignorar y no prestar atención, pero que dominaban de forma dolorosa y continua sus vidas.

Tampoco tuvieron grupos familiares o sociales que les enseñaran de forma adecuada los instrumentos básicos de las relaciones sociales: el lenguaje, los signos, los gestos, las estrategias de comunicación, los códigos morales y de comportamiento. Y por supuesto no han tenido la infinidad de estímulos cognitivos, emocionales, sociales que hemos tenido la inmensa mayoría. Para muchos niños y niñas que adoptamos la vida amable empieza con 3, 4 , 6 … más años y todo lo que han podido aprender es a sobrevivir, que no es poco. Y además las estrategias de supervivencia van a tener que ser extirpadas en aras de comportamiento más funcionales y sanos.

Hay niños y niñas que han vivido auténticos procesos traumáticos en muy diferentes áreas de su desarrollo; en las áreas afectiva, cognitiva, conductual, relacional, ético-moral… Estas experiencias traumáticas pueden no estar resueltas y conllevan secuelas que impactarán necesariamente en la vida de los contextos familiares, educativos y sociales de adopción.

Como consecuencias de todas estas vivencias, sean conocidas o no por las autoridades de protección y los y las adoptantes se van a ver muy probablemente afectados y de muy diferentes maneras e intensidades los procesos de maduración y desarrollo, los procesos de socialización y de aprendizaje, la capacidad de resiliencia (o de reparación frente a la adversidad que todos tenemos), la capacidad de apegarse de una forma segura y no es de extrañar que encontremos experiencias traumáticas cronificadas y niños y niñas con problemas importantes de salud mental.

Ser una persona “abandonada” implica también numerosos sentimientos asociados a dicha  condición, que amueblan una buena parte de la vida adoptiva. Las personas adoptadas con frecuencia hablan de sentimientos de mucha soledad, dicen sentirse aisladas, que piensan que nadie les puede entender, no pueden compartir experiencias con casi nadie, con frecuencia sienten culpa por muy diferentes motivos y siendo siempre víctimas inocentes, no es extraño que se culpen de haber hecho algo malo que provocó su abandono como castigo o que dejaron de hacer algo que les había librado del abandono. Sienten una rabia importante por lo que la vida les ha hecho, y el que les haya tocado la suerte del abandono y la “mala vida”. La estigmatización es prácticamente ineludible. Y la adopción además supone dolor por las muchas pérdidas y separaciones, que además desgraciadamente nadie les reconoce ni legitima. No es extraño que tal como se hacen la adopciones (de incógnito y forzosas) la disociación de los mundos de referencia sea una realidad que entorpece el proceso de construcción de la identidad de muchas personas adoptadas, que se pueden sentir...”como un edificio sin cimientos”, o afirmar “no se quien soy”.

De esta manera podemos concluir que el abandono, no la adopción, puede catalogarse como un estigma o una herida existencial que acompaña a las personas toda la vida sin que necesariamente tenga que ser algo incapacitante o una patología.

A menudo estos niños y estas niñas son erróneamente diagnosticados por el desconocimiento de los técnicos de sus trayectorias vitales: de deprivación y traumatismos emocionales causados por el maltrato físico, abusos, negligencia, las separaciones traumáticas, pérdidas vinculares, maltrato institucional, pobreza y agresiones de cualquier tipo. No se tiene en cuenta de partida la realidad de casi cualquier menor o persona adoptada. Se miran, se ven y se evaluán síntomas que tan solo son una parte y no el todo. Con ello se llega o bien a no evaluar nada o elaborar diagnósticos erróneos que preconizan tratamientos incompletos e inadecuados. Los diagnósticos erróneos más frecuentes  son: síndrome de atención deficitaria, hiperactividad, autismo, retrasados mentales, e incluso psicopatías.  Los avances en evaluación de niños y niñas víctimas de abandono y otras circunstancias (maltrato, abusos, negligencia, institucionalización…) apuntan a términos como “trauma complejo” (varios posibles síndromes simultáneos) o “trastornos del desarrollo”.

Diferencias significativas respecto de sus compañeros y compañeras

Los niños adoptados, las niñas adoptadas son alumnos y alumnas con diferencias significativas respecto de sus compañeros y compañeras. Llegan con desventajas al sistema escolar, a veces antes de lo preciso pues con frecuencia no tienen el bagaje experiencial, de conocimientos y de madurez que los que no han vivido experiencias de abandono. 
Tienen que satisfacer más necesidades y tareas que los demás teniendo menos recursos vivenciales y madurativos. Necesidades que la mayor parte de sus compañeros/as  no tienen como: superar los retrasos y trastornos cognitivos propios del abandono, de la institucionalización en centros pobres de recursos y de la negligencia, deben también reparar su abandono desde el punto de vista emocional y relacional (autocontrol emocional, reparación de la seguridad personal, la autoestima, la atención, la concentración, la confianza, la comunicación...). Además deben asumir su condición adoptiva y construirse con unas referencias culturales, emocionales, relacionales diferentes. Más tareas para su desarrollo con menos recursos en la misma cantidad de tiempo huele a problema y esta sobrecarga les hace  más vulnerable ante las adversidades cotidianas de la vida escolar, por lo que tienen más probabilidades y riesgos de fracaso escolar y más conflictos relacionales que sus colegas. La escuela supone para de estos alumnos y alumnas un reto difícil de superar , con muchos riesgos por sus exigencias, sus normas y expectativas.
Lo habitual es que su familia y a veces sus enseñantes soporten niveles altos de implicación, pero esto no basta y no siempre superan las dificultades por falta de recursos, incomprensión. De esta manera los deseos de “normalizar” e “integrar” a toda costa, cueste lo que cueste pueden suponer un riesgo añadido al tratarse de una expectativa irreal. La vida escolar se convierte para todos en una carrera de obstáculos y riesgos y más, cuanto más el sistema escolar no es sensible a las necesidades educativas especiales que tienen estos menores.

Apego y aprendizaje. La adopción como tránsito hacia el apego seguro.

Una buena parte de los alumnos y de alumnas de condición adoptiva y por tanto heridos por abandono y su circunstancias, tienen una estructura de apego inseguro (en sus diferentes tipologías) que implica tendencias socioemocionales comportamentales de riesgo. Las más relevantes señalan hacia deficiencias en autocontrol y de regulación afectiva: mucha impulsividad, o por contrario pasividad, desconfianza, inseguridad, desconexión y represión de emociones, ansiedad disparada ante pequeños acontecimientos, baja tolerancia a la frustración, conformismo... Otro grupo de dificultades son las que tienen que ver con la comprensión de la vida, del mundo, para así poder explorarlo, o para entender a los otros, a los adultos que piden cosas y quieren mandar y a los iguales con los que hay que competir y colaborar. Con frecuencia les cuesta mucho entender correctamente las motivaciones, intenciones  y actuaciones tanto de adultos como de iguales. Encontramos con frecuencia dificultades para digerir las experiencias negativas, las adversidades, para explorar ordenadamente y aprender de las consecuencias de las cosas. No saben o pueden abordar conflictos de modo asertivo y frecuentemente caen o en el comportamiento agresivo, o en el pasivo o en estos dos últimos de modo alternado. Todo esto hace que unos cuantos y unas cuantas tengan dificultades de organización e interpretación de las experiencias cotidianas. Las experiencias previas a la adopción les llevan a actuar mayoritariamente desde una base insegura y segura a la vez, que podemos definir como de tránsito entre el apego inseguro y el apego seguro. Precisamente su adopción mejorará el patrón de apego pero no a corto plazo sino a medio y largo plazo. Su pasado lastra y condiciona su futuro y también su vida escolar, pero no las determina de forma irremediable en lo negativo si se ponen los recursos adecuado y se practica la inclusividad.

Las consecuencias del abandono son visibles en los alumnos y alumnas de condición adoptiva y víctimas de abandono. Observamos una clara vulnerabilidad derivada de sus experiencias pasadas pero también de los errores del proceso de integración, del cual la escolarización es una parte fundamental. Vemos de forma habitual niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos de condición adoptiva :
  1. Con menor madurez y desarrollo y con carencias significativas en su procesos de aprendizaje, individuación y socialización
  2. Han sido menos estimulados, tienen menos experiencias (no se les habló, ni se les paseo, ni se les acaricio, ni se les despertó la curiosidad, ni recibieron regalos o premios, ni se les leyó cuentos o les relataron historias…)
  3. Tienen menos hábilidades motrices (fina o gruesa), menos vocabulario, menos expresión oral, menos estrategias e instrumentos para la comprensión de los acontecimientos cotidianos, muchas menos habilidades de comunicación
  4. Desarrollos disarmónicos en las diferentes áreas. Pueden desarrollarse más unas áreas que otras y evolucionar de modos no armónicos u ordenados, con avances y retrocesos incomprensibles. De saber a no saber en cuestión de momentos. Olvidos continuos.
  5. Menos autonomía, organización y orden para afrontar retos, tareas, exámenes .. aunque haya mucho desparpajo para buscarse la vida, seducir al adulto y camelar a los iguales. Las agendas, mochilas, calendarios… no las pueden gestionar y dependen de sus adultos para gestionar las tareas, los trabajos académicos, la organización de materiales y pautas de estudio. Sin supervisión y acompañamiento apenas pueden funcionar.
  6. Menos autocontrol y capacidad de regulación emocional, lo que les lleva a desconectar las vivencias de sus propias emociones, confusión, labilidad de carácter, intolerancia a la frustración, arrebatos continuos, pasividad emocional y sobre todo mayores dificultades para relacionarse, resolver conflictos, comprender las intenciones de los otros y participar de la vida de los grupos.




sábado, 26 de septiembre de 2015

El trabajo con la familia biológica en adopción. Modulo 4 del Master Interuniversitario sobre Adopción y Acogimiento. Universidad de Comillas curso 2014-15


Índice de la Unidad
1.- Introducción
2.- El hijo adoptivo como fruto de la actuación de diversos agentes
3.- Los sentimientos y vivencias de la familia donante (biológica)
4.- Experiencia de un contexto social, familiar y personal muy difícil
5.- Sentimientos de las madres biológicas de las personas adoptadas
6.- Siguen siendo madres pero sin hijos
7.- El espacio emocional de los donantes o familiares biológicos
8.- Principios rectores de la atención a la familia biológica
9.- Necesidades manifestadas por las familias donantes o biológicas
9.1.- Necesidad de información y orientación
9.2.- Necesidad de contención emocional, escucha, comprensión y respeto
9.3.- Necesidad de acompañamiento y asesoramiento
10.- Fases del duelo emocional por la perdido del hijo o hija
11.- La intervención técnica con la familia biológica en el proceso de adopción
11.1.- Fase de notificación
11.2.- Fase de contención y apoyo emocional
11.3.- Fase de constitución del legado para el hijo entregado
11.4.- Fase de despedida y entrega
11.5.- Fase de seguimiento
12.- Recomendaciones para la donación propuestas por la asociacion de autoayuda de madres donantes o biológicas de Berlin “Mütter ohne Kind”

INTRODUCCION

Los familiares biológicos son los protagonistas tradicionalmente ausentes en todos los procesos adoptivos. En nuestros modos técnicos de actuar en los procesos adoptivos no los tenemos en cuenta ni les damos cabida. Son parte fundamental pero están invisibilizados para los profesionales una vez que se ha conseguido separar a la criatura.

Sin embargo como afirma Irmela Wiemann, en toda familia adoptiva hay necesariamente un espacio emocional para los familiares biológicos de los niños y niñas que adoptamos. Es evidente que biológicamente sin ellos y ellas no existirían los menores adoptables. Pero emocionalmente ocupan espacio en la vida del resto de protagonistas, ya sea la propia persona adoptada, sus adoptantes o los técnicos y profesionales que han estado en contacto con cualquiera de todos ellos. Se piensa en ellos y ellas, para bien o para mal. Se les añora y se les odia, se les espera y se les teme y constantemente aparecen en las fantasías de adoptados, adoptantes y profesionales.

Técnicamente en España y en otros países del mundo se les excluye del proceso y no se les considera capaces de participar y colaborar. Como buenos representantes de las experiencias de fracaso se les quiere lejos de las personas adoptadas y de los y las adoptantes. 

A la adopción las familias biológicas pueden llegar de muy diversas maneras: pueden llegar voluntariamente tras un proceso consciente y doloroso en el que la madre y pocas veces el padre concluyen que lo mejor para la criatura es separarle, lo correcto sería poderles llamar también como hacen en Alemania “familia donante”. Esto en España genera ciertas controversias pues parece que no se puede atribuir cualidades positivas a personas “que abandonan”. Lo habitual en España es la adopción por la vía del abandono de los padres, tras años de negligencia o incluso acontecimientos graves de maltrato. Nuestras historias de adopción hablan sobre todo de adopciones tardías forzosas o de abandonos y desamparos tempranos con excesivos meses de vida institucional y modo incógnito. También se observan diferencias en función de los países de origen de los menores, como si pudiera hablarse de “modos de abandono” diferenciados por culturas.

En esta unidad describiremos el modo de vida de las familias biológicas donantes o forzadas de cara a plantear modos y estrategias para ayudarles a participar en el proceso en función de sus capacidades y siempre pensado en el beneficio que su participación puede generar en las personas adoptadas y en el proceso adoptivo en general.

Plantearemos sus experiencias, sus sufrimientos y sus necesidades como modo de facilitarles recursos técnicos de apoyo y ayuda que pueden ir desde ayudarles a hacer un proceso de abandono voluntario de tipo encomienda consciente a facilitarles el proceso de despedida y de duelo en los casos de adopciones forzosas mediante acompañamientos técnicos.

Para ello contamos también con vuestras experiencias, intuiciones y conocimientos. 


2.- EL HIJO ADOPTIVO COMO FRUTO DE LA ACTUACIÓN DE DIVERSOS AGENTES

Vera Fahlberg, una psicóloga californiana entre otras cosas plantea una serie de reflexiones que nos ayuda a contextualizar el papel de las diferentes partes e el proceso de construcción del hijo/a adoptivo/a. Describe las diferentes dimensiones de la parentalidad presentes en todo proceso de construcción de un hijo :

1.- Padre / madre biológico/a que le aporta la vida al/la hijo/a, lo cual hablaría de la necesaria paternidad / maternidad biológica.

2.- Padre / madre jurídico/a a quien se les supone potestades legales y capacidades para tomar decisiones. En el caso de niños adoptados o acogidos en función de sus abandonos tiene que haber jueces que asuman esta función y tomen las decisiones pertinentes para que los derechos de estos niños y niñas vean cubiertos sus derechos.

3.- Padre / madre económico/a que se encarga de la función de aportar los recursos de cuidado y atención que precisan los niños y niñas. En el caso de las personas adoptadas esta función las ejercen los diferentes dispositivos de acogida residencial que precisan los niños y niñas en situación de desamparo. Se trata de alimentarles, vestirles, educarles, curarles...

4.- Padre /madre socioemocional , que son el padre y la madre con los que vivimos a diario y con los que construimos los vínculos de apego que se precisan para construir la propia personalidad. Estos suelen ser los adoptantes y los acogedores

Vera Fahlberg opina que para la construcción de una identidad sana los hijos e hijas que adoptamos o acogemos tienen que poder llevar a cabo una buena Integración de las dimensiones de la p/maternidad citadas durante los procesos de apego con sus adoptantes y acogedores. Esta es una tarea que las instituciones de acogida no pueden ofrecer a los niños y niñas que acogen y por ello nuestro sistema de protección busca familias adoptivas y de acogida capaces de ofrecer esta tarea.

Lógicamente la función biológica y de legado es una tarea que corresponde a la familia biológica y hay que ayudarle o ofrecer este apoyo imprescindible para la construcción de la identidad integrada cuando uno ha sido desagregado de su entorno. Cuando hablamos de legado hablamos de historia, herencias culturales y sociales, patrimonios intangibles ligados a las experiencias vitales compartidas, nombre, vínculos…

Debemos generar sistemas para que las familias biológicas puedan aportar estos elementos. Nuestros procesos adoptivos tienden a disgregar y desintegrar los aportes de estas dimensiones de parentalidad necesaria para la construcción del ser humano como hijo/a.

Recuerda a modo de reflexiones en relación a las personas adoptadas:


1.- En el hijo adoptivo confluyen los aportes de diferentes parentalidades.

2.- El hijo adoptivo como resultado de la interacción de diferentes agentes entre los que se reparten  aspectos de la parentalidad.

3.- Lo habitual de nuestra cultura adoptiva es que solo tengamos en cuenta a la madre y al padre socioemocional, que son los adoptantes.

4.- El resto de agentes apenas es tenido en cuenta, desaparece y se desconocen con frecuencia sus identidades y sus aportes (legado del hijo adoptivo)

5.- Esta pluriparentalidad debe tenerse en cuenta también en la acción profesional. La apertura en la adopción es algo aplicable también a la gestión de las adopciones, no hay motivos para que no haya otros modos de adoptar

6.- El niño adoptado tiene muchas familias en su historia o biografía y a través de ellas se construyó como ser humano (familia biológica o donante, familia de acogida, grupo de hogar de acogida con educadoras, cuidadoras y más niños y niñas, jueces y juezas que toman decisiones, técnicos de protección que evalúan situaciones… )

7.- Hablar de la familia adoptiva como único agente de la construcción del niño adoptado es un reduccionismo que tarde o temprano afecta a todo el sistema de la adopción.

8.- Los profesionales hemos de intervenir con diferentes familias y apoyar a lo largo del proceso adoptivo a todos los diversos protagonistas.

9.- Esta intervención integradora de las diferentes dimensiones constitutivas del hijo adoptivo redundará en beneficio de las personas adoptadas.


La tarea de pedir a las familias donantes o biológicas de las personas adoptadas que colaboren conlleva tener en cuenta los aportes que pueden hacer a estas.

TAREA 1 : Señala al menos cinco elementos sean tangibles o no que las familias donantes o biológicas pueden aportar a sus hijos e hijas. Describe el legado que le pueden aportar y piensa en las maneras, modos y procedimientos para ello. 


3.- LOS SENTIMIENTOS Y VIVENCIAS DE LA FAMILIA DONANTE (BIOLÓGICA)

Las experiencias que viven las madres biológicas o donantes de las personas adoptadas están marcadas fundamentalmente por las siguientes situaciones:

1.- Embarazos no deseados por muy diversos motivos. Se trata de madres muy jóvenes y con frecuencia adolescentes para quienes resulta imposible hacerse cargo de una criatura. Con frecuencia las madres tienen ya otros hijos y carecen de fuerzas, recursos y energías para la crianza del último niño, sienten que no pueden hacerse cargo de otro niño más

2.- Pobreza extrema donde se han dado vidas muy carenciadas, donde falta el alimento, el alojamiento, la ropa, los cuidados sanitarios o el calor básico que necesitan las personas. Paro, ausencia de medios regulares de vida.

3.- Infancias en las madres muy difíciles marcadas por el de maltrato, el abandono de sus propios padres y madres; no ha habido vínculos seguros que les faciliten la conexión con las necesidades de sus propios hijos. Madres que carencian a sus hijos e hijas y que a su vez fueron carenciadas. Muchas madres biológicas tienen a su vez un historial de institucionalización y repiten los patrones de desatención. Desconocen el haber vivido en familia y carecen de un patrón referencial. Nadie les enseñó a sentir e interpretar a su hijo o hija porque a ellas tampoco les trataron de forma sensible, ni les facilitaron la satisfacción de sus necesidades infantiles más básicas.

4.- Rechazo social por muy diversos motivos, como la pertenencia a minorías, el ejercicio de la prostitución o el haber cometido delitos.

5.- Con frecuencia no hay una familia detrás de estas madres que sirva de apoyo para prevenir el abandono, prestar auxilio o refresco, o económico en momentos de necesidad. El rechazo familiar y el rechazo de las personas más cercanas se puede haber producido al tratarse de un embarazo rechazado por la familia al ser extramatrimonial, o por motivos religiosos o prejuicios morales 

6.- Madres inmersas en procesos de toxicomanía o alcoholismo que para financiarse los consumos cometen delitos o tienen que prostituirse, endeudarse y el centro de sus vidas les aparta de la crianza de su hijos, pudiendo ponerlos en peligro por desatención y falta de cuidados 

7.- Ruptura con sus parejas, a veces por el embarazo en si o posteriormente tras la decisión de dar al niño en adopción. Pocas parejas sobreviven a la pérdida de un hijo común por abandono. Con frecuencia la pareja no es estable e incluso desconoce la existencia de las criaturas. Es frecuente el padre progenitor desconocido

8.- Algunas personas adoptadas han sido engendradas en actos de violencia sexual, violaciones y esto lleva a sus madres y a su entorno al rechazo de estas criaturas.

9.- Pueden darse varias de estas causas a la vez, lo que incrementa considerablemente el riesgo de abandono.


TAREA 2 : Busca tres personas adoptadas conocidas o no y describe los motivos de su abandono por parte de sus familias donantes o biológicas

4.- EXPERIENCIA DE UN CONTEXTO SOCIAL, FAMILIAR Y PERSONAL MUY DIFÍCIL

Los contextos sociales, familiares y personales hacen imposible la crianza por ausencia de condiciones estables, seguridad, apoyo y recursos. Criar a un hijo prácticamente resulta imposible o las posibilidades de éxito son muy escasas. Estos contextos conducen a una mayor probabilidad de abandono, voluntario o no. Con frecuencia las criaturas tienen que ser sacadas a la fuerza de estos contextos familiares o son encontradas por terceros que alarman a las autoridades protectoras.

Contextos donde el abandono del niño pasa a ser una alternativa para la supervivencia de ambos: de la madre y del niño. Para salvarse ambos deberán separarse y seguir caminos distintos. La madre no puede atender a sus propias necesidades y a las de su hijo. El hijo le supone un “lastre” para salir adelante. No puede con ambas responsabilidades.

Para salvar al hijo le tiene que dejar en manos de otras pues juntos corren el riesgo de sucumbir. El abandono del niño pasa a ser un acto de “amor” y un acto de responsabilidad parental: ya que yo no puedo criar a mi hijo que lo hagan otra madre y otro padre, o que lo cuiden las instituciones.

Tampoco hay que perder de vida otro de los motivos de abandono que afectan a una buena parte de las personas adoptadas originarias de países donde se practican discriminaciones institucionalizadas. El hecho de ser mujer en algunos países de Asia puede significar el abandono de una niña. Países con la práctica del hijo único donde la transmisión de los vínculos viene determinada por el hecho de ser varón y esto está unido a ciertos privilegios, condena a muchas niñas en algunos países al abandono cuando no al infanticidio.

TAREA 3 : Busca un caso real de adopción y estructura una argumentación que usarías con la madre biológica para ayudarle a tomar la decisión de la donación o cesión voluntaria y consentimiento. Piensa y escoge tres argumentos que en ningún caso usarías.

5.- SENTIMIENTOS DE LAS MADRES BIOLÓGICAS DE LAS PERSONAS ADOPTADAS

Se tiende a pensar que el abandono es un acto que no influye en el mundo emocional de las madres biológicas. Desde los prejuicios y el desconocimiento con frecuencia se afirma que estas madres “desnaturalizadas” no sufren ni padecen tras dejar a sus hijos o hijas en manos de instituciones para su adopción.

La pobreza, la mala vida y todas las formas de vida lamentable que hemos descrito no deben llevarnos a pensar que todo en las vidas de estas personas es malo y desechable. Junto con situaciones desesperadas, irresponsables o peligrosos para la integridad de los niños se producen también sentimientos de amor y ternura que frecuentemente se entrelazan con fuertes sentimientos de tristeza, rabia, enfado, temor, vergüenza y culpa. Muchos de los cuales van a acompañar a las madres de por vida, especialmente la vergüenza y la culpa.

En algunos casos donde la adopciones son forzosas y no hay consentimiento para ella por parte de la familia biológica, un inmenso sentimiento de impotencia ante una situación que les puede y les vence inunda la vida de muchas mujeres y madres, que piensan que las decisiones de las autoridades protectoras son injustas y buscan hacerles daño y arrebatarles lo único seguro que tienen, sus hijos e hijas.

Algunas madres y familias largamente negligentes, cuando se les notifica la decisión de retirarles la patria potestad de sus hijos, van a plantear batalla legal con toda seguridad y no se lo van a poner fácil a las instituciones. Esta defensa a ultranza del mantenimiento del estatus de pertenencia y propiedad biológica de los hijos e hijas supone para ellas un acto de resistencia frente a las dificultades y sienten que no pueden consentir. No aceptan que su hijo o hija pueda ser retirado e incluso no ven motivos para ello. Necesitan quemar los últimos cartuchos para sentir que no se hunden. Sus familias también influyen en esta estrategia y en ocasiones hemos tenido testimonios de madres que dicen que si consienten y sus familias se enteran les van a hacer la vida imposible. Que si fuera por ellas firmaban el consentimiento.

Por otro lado la experiencia nos dice que aunque las familias con frecuencia no consienten ni comparten las decisiones de las autoridades y reclaman judicialmente, esto no significa, que no vayan a colaborar o que no acepten los apoyos que se les presta. Siguen teniendo su amor por sus hijos y si se les ayuda a entender que hacer ciertas cosas por su hijo o hija (despedirse, encomendarles, escribirles, darles fotos u otros objetos y recuerdos…) o dar ciertos mensajes es bueno para los niños, llegan a hacerlo y lo agradecen. No consentir no implica no colaborar, de la misma manera que el que una familia o madre consienta tampoco significa que vaya a colaborar o vaya a hacer las cosas correctamente.

El dolor por una separación en las que las alternativas no son posibles y que durará toda su vida es algo garantizado para las personas que entregan a sus hijos e hijas en adopción o se les fuerza a separarse. Hemos de contar con ello y estar en disposición de apoyar y acompañar a estas personas y familias. Celebrar rituales de despedida, preparar el legado del hijo que se entrega o va a ser retirado a la fuerza y sentir la cercanía emocional, el consejo, el acompañamiento de alguien con preparación (sea profesional o voluntario) ayuda a las familias y a las personas donantes o forzadas a entregar a sus hijos e hijas a superar este dolor. Hasta ahora y todavía las madres y familiares que han tenido que pasar por este proceso sufren con frecuencia o han sufrido soledad, rechazo y crueldad por parte de profesionales e instituciones. No hay ninguna razón para ello y no son pocas las madres biológicas que tras estos modos inadecuados de actuación técnica y profesional enferman mentalmente y silencio pues tampoco pueden solicitar el apoyo y la comprensión de casi nadie. Declarar que te han quitado el hijo o que lo has abandonado despierta todo tipo de rechazo social y nadie considera que estas personas, en lugar de castigo y desprecio lo que precisan es apoyo y comprensión.

No pocas veces encontramos mujeres, que tras un proceso de retirada de su hijo o hija se vuelven a quedar embarazadas y tienen otro hijo o hija al que intentan ocultar y proteger de las instituciones, algunas llegan a cambiar de lugar de residencia para escapar al control, pero tienen una alta probabilidad del que el proceso se vuelva a repetir. Tras estas actitudes puede haber duelos o pérdidas no elaboradas emocionalmente. No acompañar o apoyar a las mujeres y familias, a las que se les retira uno o más hijos o hijas, puede conllevar círculos viciosos de actuación donde las instituciones son una parte más de los jugadores. Tienes hijo, te lo quito, tengo otro, te lo quito también, pues ”hago otro”, pues “te lo quitaré”…

La elaboración de duelos por las pérdidas de los hijos e hijas entregados en adopción o retirados forzosamente, es una actuación, que los servicios de protección deben incorporar a las tareas, cuando se trabaja con familias que van a sufrir estos procesos.

La incertidumbre, el miedo, la rabia, la impotencia y la angustia que viven estas madres y sus familiares tienen que ser contenidos por el bienestar de estas personas pero también para mejorar la calidad, la seguridad del proceso y poder entregar al niño o niña que va a ser protagonista de la adopción un legado que pueda integrar en su difícil y complejo proceso de construcción de la identidad.

TAREA 4 : Recrea, busca una historia real de una madre que ha entregado a su hijo o hija o que las autoridades se lo han retirado y analiza sus procesos emocionales, sus estados mentales, sus pensamientos y sus reacciones partiendo de sus emociones, vivencias y trato recibido…


6.- SIGUEN SIENDO MADRES PERO SIN HIJOS

Las madres que dejan a sus hijos en adopción o se los retiran las autoridades en el marco de procesos de protección, tienen una añoranza durante toda la vida por el hijo perdido. No se olvidan de sus hijos e hijas a lo largo de su vida, les echan de menos y se acuerdan de ellos o ellas permanentemente.

Recuerdan y celebran en secreto y en silencio absoluto cada aniversario o cumpleaños del hijo que tuvieron que abandonar. Buscan consciente o inconscientemente a su hijo en todo momento o en cualquier momento surge el recuerdo de todo. Esto es algo que no comparten con nadie y con frecuencia en el caso de rehacer su vida o continuarla por derroteros normales sus nuevas parejas o hijos e hijas desconocen el hecho de esta pérdida. La vergüenza y el miedo al rechazo les llevan a guardar silencio.

Los pensamientos en el hijo o hija que se abandonó o se retiró por parte de las autoridades les lleva a preocuparse por la suerte que hayan podido tener en la vida y en lo más profundo de su pensamiento les desean el bien y les gustaría o desearía saber de ellos. Si pudieran y les dejaran hacer algo por ellos y ellas, lo harían.

En algunos sitios y particularmente algunos servicios de protección informan a las madres de la evolución de sus hijos e hijas. E incluso este tipo de información está regularizado y protocolizado. Pero la práctica generalizada es mantener el incógnito aduciendo que el no saber evita sufrir.

Nos consta desde la práctica cotidiana que los niños y niñas que adoptamos piensan en sus familias biológicas más de lo que cuentan a sus adoptantes y reconocen ellos y ellas ante terceros. Ellos y ellas nos informan que piensan en cómo estará su madre biológica, por qué le abandonó, si le quería, piensan también en hermanos o hermanas que se quedaron con la familia biológica. Quieren saber  los motivos de su abandono, las circunstancias, y si un reencuentro con sus madres u otros familiares, especialmente hermanos es posible.

Los adoptantes reconocen que también piensan en los familiares biológicos de sus hijos e hijas y hablan de estos. Su imaginario está poblado de fantasías en torno a la familia biológica de su hijo/a por muy diversos motivos. Algunos y algunas adoptantes sienten que deben agradecerles la donación de su hijo/a, otros y otras temen una irrupción inesperada, o el rapto de sus hijos o hijas por parte de la familia biológica o incluso fantasean con la huida de sus hijos e hijas hacia sus orígenes. También quieren saber sobre la familia donante o biológica, a pesar de que aunque todo el mundo quiere disuadirles y les dicen que están locos y que lo mejor es no saber nada y no decir nada a sus hijos, por el hablar de los orígenes, las causas del abandono traumatiza. Resulta curiosa esta creencia. A víctimas de experiencias de abandono y de negligencia, institucionalización y trasplantadas a otro mundo lo que les traumatiza, es hablar de ello, no la experiencia vivida. Por suerte cada vez hay más familias, que superan sus miedos y prejuicios rompen el incógnito, son sensibles a las demandas de sus hijos/as, inician y comparten la búsqueda y mediación de orígenes con sus hijos e hijas, y deciden tomar contacto.

Las madres donantes o forzadas a entregar a sus hijos o hijas no olvidan jamás al niño/a entregado/a o sacado/a por las autoridades. Afirman pensar constantemente en sus hijos e hijas que perdieron o entregaron y el proceso de donación o retirada forzosa deja en las madres heridas abiertas y tiene consecuencias para ellas de por vida. Con mucha frecuencia esta pérdida no elaborada les lleva a sufrir trastornos de salud mental y no pocas pasan por importantes procesos depresivos.


7.- EL ESPACIO EMOCIONAL DE LOS DONANTES O FAMILIARES BIOLÓGICOS

Irmela Wiemann, psicóloga alemana especializada en atención a menores adoptados y acogidos, afirma  que “e n toda familia de acogida o adoptiva hay un espacio emocional para la familia biológica del niño que han adoptado o acogido”. La experiencia de trabajo nos lo confirma.

Se trata de un espacio emocional poblado de datos, creencias, sentimientos de todo tipo, prejuicios… vacíos parciales y en la medida que faltan datos o contactos reales sobre todo lo que puebla este espacio son las fantasías de todo tipo. Fantasías que persiguen paliar los vacíos y las ausencias. Con frecuencia la familia biológica es un fantasma que convive con la familia adoptiva y del que nadie habla pero, al que todos y todas tienen en su pensamiento.

Este espacio emocional es un espacio continuo, accesible que debe ser explorado, a pesar de estar descuidado por técnicos, adoptantes y adoptados. Este espacio emocional puede ser una oportunidad y un recurso si se trabaja adecuadamente desde el punto de vista técnico. 

TAREA 5: Imagina que tienes el poder de dictar leyes y estructurar procedimientos. ¿Darías a los familiares biológicos algún derecho a la información de sus hijos entregados en adopción?. ¿Qué contenidos deberían poderse informar, cuáles no…?  ¿Qué limitaciones pondrías?. ¿Qué opinión te merece la adopción abierta, en la que además habría posibilidades de contacto?.


8.- PRINCIPIOS RECTORES DE LA ATENCIÓN A LA FAMILIA BIOLÓGICA 

En lo que respecta a la atención a este colectivo y protagonista de la adopción en nuestro país y en la cultura adoptiva en general hace falta un cambio de paradigma. Debemos empezar a superar prejuicios, miedos e ignorancias. Hemos de procurar un buen trato a la familia biológica y no es de recibo que los profesionales del bienestar social apliquen estrategias y protocolos de actuación que suponen en bastantes casos prácticas inadecuadas y sospechosas de ser maltrato institucional.

Que  te quiten a tu hijo o hija es una de las experiencias más dolorosas que hay, especialmente si no comprendes los motivos. Para las personas que la sufren supone un auténtico mazazo, un golpe emocional que genera grandes dosis de angustia, rabia, sentimientos de impotencia. A quien se le aplica la medida de la retirada de la patria potestad, pasa por un calvario de sufrimientos. Necesitan cuidados y atenciones para superar este sufrimiento y poder aceptar y entender que es tal vez lo mejor para su hijo o hija.

Es urgente trasladar y modificar los modos de actuar de la institución sanitaria. Sus protocolos de actuación están obsoletos y no deben de aplicarse. Algunas madres adoptivas refieren experiencias de mucho sufrimiento. Los hospitales tienen que prestar otro tipo de ayuda a estas personas en el momento del parto cuando han decidido que quieren entregar a su hijo en adopción. Debe haber contactos con el hijo entregado, y se ha de participar en la constitución del legado para el niño o la niña que va a ser adoptada.

Se hace necesario intervenir y dar otro tipo de cabida a la parte donante o biológica en los procedimientos técnicos y en el imaginario de los técnicos. Hemos de poder concebir a la familia biológica como un recurso más al servicio del interés supremo del menor. No como el enemigo al que hay que derrotar y ahuyentar. Y por supuesto hemos de dotarnos de procedimientos técnicos, contenido y preparación para hacer una tarea profesional que es muy dura, pero una vez realizada gratificante.

El miedo y el desconocimiento de los técnicos y profesionales a la hora de intervenir no justifica el maltrato que con frecuencia han sufrido las madres biológicas. No debemos permitir que sientan la adopción de sus hijos e hijas como un castigo y una condena por haber sido malas madres. 

Para ello proponemos los siguientes principios rectores: 

1.- Reconocimiento a la parte donante o biológica como parte del proceso y participante en el mismo. 

2.- Reconocimiento de funciones, derechos y obligaciones.

3.- Dotación de recursos de orientación, apoyo, acompañamiento antes, durante y después de la adopción.

4.- Modificación de los procedimientos que atenten contra los derechos de las personas y sean lesivos.

5.- Formación de los técnicos intervinientes en todo el proceso, antes, durante y después de la entrega o retirada. 

6.- Legitimación social del papel de los donantes, campañas para modificar los prejuicios sociales en torno a las madres biológicas


9.- NECESIDADES MANIFESTADAS POR LAS FAMILIAS DONANTES O BIOLÓGICAS 

En los países en los que las madres biológicas han tenido la oportunidad de juntarse y pensar en sus necesidades y situación y reclamar un trato más digno y respetuoso, han propuesto las siguientes medidas como recursos de ayuda que les ayudarían a superar sus pérdidas y a mantener un estatus de dignidad: 

1.- Preparación y acompañamiento para dar a su hijo libremente en adopción.

2.- Trato respetuoso por parte de los profesionales hacia sus personas durante el proceso de donación o retirada forzosa.

3.- Información, preparación y acompañamiento después de la donación o retirada forzosa durante la adopción. 

4.- Mediación, preparación y apoyo para la toma de contacto o demanda de información, cuando se inicia la búsqueda de orígenes

En el marco de un proyecto europeo de intercambios profesionales en Berlín en el año 2000 acudimos a una entrevista con Elke Lehnst, una educadora social, que ella misma era una madre biológica, que había entregado a su hijo en adopción siendo adolescente y que entre sus actividades profesionales estaba la promoción de los grupos de autoayuda para mujeres que como ella se habían tenido que separar de sus hijos o hijas opinaba que había que cambiar las formas actuales de proceder en el proceso de adopción. Decía que en su experiencia las madres que han entregado a sus hijos o se los han retirado quieren, pueden y saben ser partícipes del proceso si se les ayuda y apoya. Que de alguna manera siguen siendo madres aunque ya no vivan con sus hijos y que consideran que pueden tener funciones y tareas para con sus hijos. Ella decía que nadie mejor que ellas para explicar a sus hijos el por qué les habían abandonado. Informaba de que había madres  dispuestas a colaborar y que desean tener un papel más activo en la selección de adoptantes y seguimiento de su hijo, que quieren un sitio y un espacio, para ayudarse entre ellas, ayudar a sus hijos y ayudar a las familias adoptivas. 

 

9.1.- NECESIDAD DE INFORMACION Y ORIENTACION 

Las madres biológicas necesitan información sobre lo que implica la adopción para ellas y para su hijo e hija y de qué manera esta decisión afectará a las relaciones que va a tener y que pueda tener. Que es una medida que cesa todo tipo de vínculo jurídico y que no es reversible, no hay vuelta atrás. Es buena que reciban información técnica sobre las consecuencias y repercusiones para los diferentes protagonistas, los menores, los adoptantes y los familiares.

Deben saber que es un proceso doloroso, que no se puede olvidar y que se ha de aprender a vivir con ello y a mitigar los sentimientos y pensamientos derivados del proceso de duelo que va a conllevar. Es bueno informarles también de la necesidad de que participe en el proceso aportando un legado necesario para su hijo o hija en el futuro e invitarle formalmente a participar, haciéndole ver las consecuencias negativas de salir huyendo o de no enfrentarse a un proceso de cesión estructurado. El proceso puede ser doloroso haciéndolo bien y este dolor es más llevadero que el actuar de incognito y desaparecer.

Hay que informarle a las madres sobre las decisiones tomadas por los técnicos y las autoridades, como se van a producir, trámites, gestiones. Hay que hablar sobre el alcance real de las decisiones tomadas y sus posibles consecuencias e incluso alternativas. Aclarar en qué consisten las diferentes medidas protectoras y de qué manera le van a implicar a ella, a sus hijos o hijas y familiares. Plazos, objetivos y recursos que se pueden de modo alternativo. Que quede lo menos posible sin ser tratado para que luego las dudas o el pensar que quedó algo pendiente, no les atormente permanentemente.

En los casos de que se trate de una adopción forzosa motivada en prácticas abandónicas o negligentes a nivel parental, que no comparta y considere injusta hay que informales de su derecho a reclamar judicialmente y cómo actuar, donde tiene que ir y qué gestiones y contactos debe hacer. Dejando claro que el juez en todos los casos es la autoridad competente para decidir por encima de todos y que cuando dicta sentencia lo que diga se cumplirá. Pero que debe asumir que pueden verse sus expectativas defraudadas y que en ese caso se le va a seguir ayudando y apoyando durante el proceso adoptivo.

Hay que hacerles entender que la adopción de su hijo o hija no es castigo para ellas por haber sido malas personas y sino que la adopción es una medida para preservar los derechos de su hijo, que ellas no son capaces de garantizar. Tienen que saber que los niños y niñas tienen derecho a criarse en familia, y que una vez que ellas y su entorno no es capaz de garantizar estos derechos, las autoridades tienen la obligación de declarar el abandono y la adoptabilidad de su hijo o hija. La adopción es una oportunidad para sus hijos, que claramente resultará dolorosa para ellas y sus familias.

Por tanto la concreción de los contenidos a tratar con las madres biológicas puede ser la siguiente:

1.- Motivos, razones y situaciones para tomar la medida de separación definitiva

2.- Pasos y procedimientos que hay que hacer para alcanzar alternativas propuestas

3.- Derechos que asisten a las personas implicadas; madres, menor, técnicos…

4.- Deberes que deben ser satisfechos como contrapartida

5.- Conveniencia de la medida de separación definitiva para sus hijos o hijas

6.- Afrontamiento de la presión de familiares y amigos si deciden cooperar o participar aduciendo el superior interés del menor

7.    Recursos existentes para poner en marcha las alternativas ya sean de tipo legal, psicológico, social, socioeducativo, autoayuda

8.    Procedimientos, tareas y estrategias para poder colaborar y aportar su legado a sus hijos e hijas de forma correcta. 

TAREA 6: lista al menos 10 cosas concretas que se deriven de esta lista que deban ser informadas a las madres biológicas cuando ceden a sus hijos o hijas o se los retiran las autoridades. Pueden ser argumentos, objetos,…tangibles o intangibles.

9.2.- NECESIDAD DE CONTENCION EMOCIONAL, ESCUCHA, COMPRENSIÓN Y RESPETO

Durante el proceso adoptiva las madres biológicas, sea voluntariamente o involuntariamente decidida la adopción, van a vivenciar un sinfín de emociones intensas de rabia, miedo, pena, vergüenza, soledad, tristeza… El desbordamiento emocional está casi garantizado. Si se trata de una adopción forzosa puede que incluso se desate la agresividad contras las personas encargadas notificar la decisión tomada por la autoridades. En ese caso hay que preservar la seguridad de los profesionales y tomar medidas de contención física, por el bien de los y las profesionales, pero también para que las madres biológicas o su entorno no cometan un delito que puede tener consecuencias penales para ellas. O incluso para que ellas no sean víctimas de su propia violencia, rabia o agresividad y hagan algo que luego les pueda pesar excesivamente y de lo cual se tengan que arrepentir.

En estos momentos de dolor, de estupor y de sentimientos de impotencia ante una realidad que se les impone estas madres necesitan muestras de empatía hacia ellas. De esta manera podemos ayudarles a expresar, reconocer y canalizar su rabia, enfado, dolor, impotencia, temores, preocupaciones...de una forma productiva. Como estrategia para la contención hay que ayudarles a tomar conciencia de las diferentes emociones, tienen que aceptarlas. Para esta toma de conciencia de las emociones, deben de poder nombrarlas, reconocerlas como legítimas y sentirlas para que luego, puedan desdramatizarlas, explicitarlas e interpretarlas.

Posteriormente hay que ayudarles a reflexionar, para que puedan tomar conciencia de las necesidades de sus hijos y optar por colaborar en mayor o menor medida en los diferentes momentos y fases de la adopción. En el caso de madres que ellas mismas han sido víctimas de abandono por parte de sus propias madres, esta toma de conciencia puede ligarse a sus propias situaciones carenciales cuando era niña, de forma que conectando con sus sentimientos y emociones infantiles, pueda identificarse con su hija o hijo y pueda aceptar la opción de liberar a sus hijos o hijas del mismo destino o de los mismos riesgos y circunstancias que ella ha tenido en su vida.

Apelar a su propia infancia les ayuda a conectar con las necesidades y sufrimientos de su hijo o hija y a empatizar y decidir de forma maternalmente responsable. Que todas las madres desean lo mejor para su hijo o hija es una verdad universal a la que se puede apelar y también las madres negligentes e incluso maltratadoras pueden regirse por este principio, al que deberemos apelar siempre que podamos.

En este proceso de contención emocional los profesionales tienen que poder escuchar atentamente y con respeto las quejas, reproches y lamentos, como modos de expresar su dolor y su rabia y malestar. El profesional debe entender, aceptar y legitimar estas emociones de las madres y controlar las suyas propias de miedo, incertidumbre o pena. No debe permitir que la falta de distancia emocional le lleve a mimetizarse con la madre. Ha de mantenerse en su posición de autoridad y solvencia señalando puntos comunes, desacuerdos y diferencias de posición, mostrando respeto y cercanía personal hacia las madres dolientes pero distanciándose de los hechos que motivan el abandono.

Esta forma de contención facilitará que se pueda centrar el debate en el interés del niño o de la niña para posteriormente solicitarles su colaboración tanto por su bien y por el de sus hijos y ayudándoles a ayudarnos. Actuando moralmente bien y en conciencia, la persona que se ve protagonista de la decisión de separación sea voluntaria o no, se podrá sentir con más probabilidad en paz y pensar que ha hecho lo que debe y lo más conveniente para su hijo o hija, aunque le resulte doloroso e injusto. Por el bien de un hijo o de una hija, prácticamente cualquier madre, es capaz de aceptar, incluso la renuncia a su hijo o hija.


9.3.- NECESIDAD DE ACOMPAÑAMIENTO Y ASESORAMIENTO

Entregar voluntariamente a tu hijo o hija, o hacerlo de manera forzosa, y hacerlo de un modo correcto no es una tarea fácil, que cualquiera pueda hacer o esté en el catálogo de habilidades de cualquier persona, si además el proceso es extremadamente doloroso y un sinfín de emociones, conflictos y tensiones embargan a la persona.

Una persona en medio de un proceso de estas dimensiones y con esta complejidad y además sujeta a presiones sociales como la crítica, el reproche y el rechazo necesita acompañamiento cercano y asesoramiento por parte de técnicos y profesionales que sepan manejar la situación y conducir el proceso a los objetivos que se señalen para el superior interés del menor que va a ser entregado en adopción.

Las personas que entregan a sus hijos o hijas necesitan saber lo que tienen que hacer, qué pasos y cosas van unas detrás de otras y poderlo hacer con la confianza en alguien y la sensación de que no se les critica ni rechaza. En los momentos previos a la entrega en adopción hay mucha confusión y mucho no saber qué hacer.

Un profesional con preparación puede dar apoyo y orientación a la madre donante y acompañarla en estos momentos donde tampoco el resto de las personas saben lo que hay que hacer y la madre donante tampoco tiene las cosas muy claras, ni está del todo segura y convencida de qué es lo mejor.

Este acompañamiento sirve también para encauzar las actividades y prevenir la huida de la madre donante o de su entorno familiar del escenario o que personas desconocedoras del procedimiento asuman la dirección y gestión de la situación y continúen planteando las cosas a la vieja usanza.


10.- FASES DEL DUELO EMOCIONAL POR LA PERDIDO DEL HIJO O HIJA

Toda pérdida emocional conlleva un proceso de duelo que básicamente consiste en el proceso de superación de dicha pérdida a través de un proceso que se describe a continuación y que es consustancial a todas las pérdidas emocionales que sufrimos y en la medida que dicho proceso de duelo no se lleva a efecto quedamos anclados en el dolor de la pérdida y por tanto estamos incapacitados para avanzar y pasar página. El objetivo del duelo no es el olvido. Es la superación del dolor a través de unas tareas emocionales y de unos procedimientos que los profesionales podemos acompañar, sugerir y monitorizar en los procesos de ayuda.

El duelo emocional que supone la pérdida de un hijo o de una hija entregada en adopción tiene por los menos las siguientes fases:

1.    Fase de dolor extremo, estado de choque emocional, la madre recibe el mazazo, el golpe con incredulidad, negación, puede haber explosiones de rabia y de descontrol de la agresividad, de las tristeza, de la angustia, del miedo y de la vergüenza. La sensación de descontrol y insoportabilidad es muy elevada. Es el momento de pedirle que comparta la experiencia con personas cercanas si las hay, si no las hubiera habría que conceder espacio para una descarga de las emociones a través de los pensamientos y expresiones de dolor como las lágrimas y la expresión de la rabia o de la tristeza…

2.    Fase de contención. Pasado un cierto tiempo de dolor intenso y difícil de manejar el dolor va cediendo y es el momento de empezar a poner límites a las expresiones de dolor y a contener las emociones, pudiendo hacer un balance de las pérdidas y ganancias en medio de un estado de tristeza, pena y ciertos comportamientos depresivos como desgana, pesimismo y agotamiento.

3.    Fase de apertura hacia nuevas vías alternativas. Una vez contenido el dolor y canalizado convenientemente, el dolor se atenúa, las emociones empiezan a ser controladas y se empieza a aceptar la pérdida. Es el momento de comenzar con las actividades para construir el legado que se le va a dejar al hijo o a la hija.

4.    Fase de superación en la que se llevan a efecto alternativas a la situación anterior. La persona se sobrepone a su dolor y da pasos en dirección a la solución de la situación. Se asume la pérdida y la persona se integra en su nueva realidad. La vida continua sin que se olvide del todo lo sucedido.


11.- LA INTERVENCIÓN TÉCNICA CON LA FAMILIA BIOLÓGICA EN EL PROCESO DE ADOPCIÓN

En este apartado hacemos una propuesta de intervención basada en los contenidos expuestos anteriormente y partiendo de la necesidad de una adecuada participación de la familia biológica para que su legado llegue de forma ordenada y adecuada a la persona adoptada y el proceso no suponga más dolor del necesario en un proceso difícil de pérdida. Tendremos en cuenta los sentimientos y vivencias de la madre biológica y sus posibles reacciones y necesidades emocionales.

El proceso de apoyo a la madre donante, las acciones y objetivos a alcanzar puede seguir el siguiente itinerario técnico:

11.1.- Fase de notificación

Esta es la fase en la que bien la madre donante informa de la decisión tomada a las autoridades o técnicos competentes en esta materia, o la madre a la que se le pide una entrega forzosa, es informada por las autoridades de protección de la medida asumida por el servicio competente en protección de menores.

En esta fase el objetivo es informar de la medida tomada y de los pasos que serán dados hasta la separación definitiva. Por ello es importante adecuar el modo de informar a la situación emocional en la que se encuentra la madre donante. Su estado emocional y el de su entorno será alterado por sentimientos contradictorios y el clima emocional es muy propicio para malosentendidos, o incomprensión de lo que se comunica. El lenguaje debe ser claro, directo y sin rodeos ni tecnicismos innecesarios. Una vez que ya la información ha impactado es el momento de pedir la colaboración, de informar de los pasos a dar o protocolos de actuación y de ponerse a la espera de las respuestas emocionales y reacciones legales. Es bueno cerciorarse de que la madre donante y su entorno familiar han entendido bien la medida notificada y el procedimiento a seguir.

También es el momento de hacer el ofrecimiento de apoyo y acompañamiento a la madre donante o forzada a entregar a su hijo. De dos a tres sesiones o entrevistas pueden ser suficientes para dar esta fase por terminada y pasar a la fase de contención y apoyo emocional.

Para apoyarse el profesional usará los documentos de notificación de la medida y el protocolo de actuación donde marcará las acciones a realizar, los plazos y los recursos.

2.-  Fase de contención y apoyo emocional 

Si hay reclamación judicial habrá que esperar a que esta quede decidida y resuelta. En coso de continuidad del proceso es conveniente dedicar varias sesiones, entre tres y cuatro para facilitar la contención emocional y la elaboración emocional de la pérdida que va a ser sufrida por la madre donante.

A la vez que se acompaña emocionalmente y el profesional ayuda a la madre donante a la expresión de sus emociones dolorosas y se muestra cercanía, se continúa introduciendo las acciones destinadas a constituir el legado del niño o niña que será entregado o entregada en adopción. Se invita pensar en el bienestar y en las necesidades que va a tener el niño adoptado en relación a su madre biológica y en lo que ella puede hacer por el bien de su hijo a pesar de las circunstancias actuales.

Saber que puede todavía ser útil y necesaria para su hijo o hija, o que lo que se le pide aunque no acepte la separación es bueno para su hijo o hija en el futuro, le puede ayudar a contener su enfado y dolor y a colaborar por el superior interés del menor y para dejarle a la criatura constancia de su postura. “No estoy de acuerdo, pero por el bien de mi hijo o hija hago lo que puede ser bueno para el o ella y quiero que en el futuro se entere de cual era mi postura”.

3.-  Fase de constitución del legado para el hijo entregado 

En esta fase una vez que ha quedado clara la necesidad de un legado para el hijo o hija se procede a su constitución. Se realizarán las sesiones que hagan falta para elaborar los siguientes elementos:

1.- Una carta de despedida en la que se informa de la decisión tomada y la postura de la madre ante la separación. Se exculpa al hijo o hija, se le explican los motivos de la separación, un pequeño resumen de la vida de ambos progenitores, se hace una presentación del padre y de la madre, se explica la relación que existe entre ambos, se cuentan sus profesiones o dedicaciones, se le encomienda a unas nuevas personas, se le desea suerte y bienestar, se le da algún consejo y se emplaza o no a encuentros futuros cuando pueda decidir hacer su búsqueda de orígenes e incluso solicitar contactos. La madre donante debe explicitar su disposición a estos encuentros futuros. Se puede citar a alguna otra persona relevante para la madre donante o su familia que pueda dar explicaciones y mediar en caso de necesidad, se trataría de algún profesional o persona relevante para la madre donante o la familia que haya intervenido con ella y sea de su confianza 

2.- Un historial de las familias materna y paterna con los acontecimientos más relevantes de la vida de ambas familias. Antecedentes biológicos, culturales, sanitarios, vocacionales, lugares físicos de procedencia, movimientos familiares y acontecimientos significativos. Se puede implementar una pequeña presentación de los diferentes familiares del padre y de la madre donante. 

3.- Un álbum de fotos de los progenitores y de los familiares. Una foto de familia o fotos de familia en las que aparezcan juntos los progenitores y el hijo o hija entregada. Foto de cuando nació el hijo o la hija y si existe copia de la ecografía. Fotos de las familia extensa y de los lugares más significativos de la vida de ambos progenitores.

4.- Un recuerdo un regalo, que puede ser un colgante, una cadenita, una pulsera, unos pendientes, un anillo…

Esta fase puede ser resuelta entre 5 y 10 sesiones. Es importante que los profesionales ofrezcan a la madre donante los recursos necesarios para elaborar el legado a nivel material y a nivel de redacción y elaboración de los documentos. Es conveniente que se haga de todos los documentos tres copias ; una deberá permanecer en el expediente del menor en el Servicio de Infancia, otra la debe guardar la madre donante y la tercera para que sea introducida en la caja del legado que la madre donante entrega a los adoptantes.

4.-  Fase de despedida y entrega 

En esta fase se va a proceder a la separación definitiva y conviene hacer un proceso de despedida y de entrega. La despedida deberá ser instituida como un ritual del que si es posible, conviene dejar constancia gráfica a través de alguna foto o video. Todo lo que se elabore debe servir al superior interés del menor. 

La despedida deberá ser acompañada y supervisada por el profesional o los profesionales responsables. Debe tener todas las formalidades posibles.

Se puede iniciar pidiendo a la madre donante que de unas explicaciones a su bebe y le cuente lo que se ha decidido y el por qué y para qué de su entrega, es el momento de encomendarlo a sus nuevos padres y presentárselo. Previamente habrá que preparar a los adoptantes para la ceremonia y acordar cual va a ser su participación, es adecuado que se comprometan ante la madre y los técnicos a cuidar y criar al nuevo hijo que reciben.

La ceremonia podría seguir los siguientes pasos:
1.- El bebé o el hijo o hija está en brazos de su madre

2.- La madre da una pequeña explicación de por qué se tienen que separar, presenta a su hijo o hija a los adoptantes, se despide y entrega en brazos a su hijo a su nueva madre

3.- La madre donante entrega a los adoptantes una caja con el legado de su hijo donde está la carta de despedida y encomienda, el álbum de fotos, el historial, las ropas del bebé, sus juguetes y el regalo de despedida

4.- Las partes acuerdan el modo en que se va a continuar las relaciones y que previamente se ha pactado, en el caso de que la adopción sea abierta, se haya acordado dar con regularidad información sobre la evolución y desarrollo del menor a la madre donante o se señale la predisposición a la mediación de orígenes futura.

5.- Los asistentes se despiden

5.-  Fase de seguimiento 

En función de lo que las partes hayan acordado durante el proceso de tramitación de la adopción el seguimiento técnico debe servir en el caso del trabajo con la madre donante para regular y apoyar los siguientes procesos:

1.- Información regular sobre el desarrollo del menor adoptado por parte de los adoptantes hacia la madre donante y profesionales

2- Visitas y contactos regulares entre la madre donante y el menor y sus adoptantes

3.- Mediación de orígenes.

En los tres supuestos hay que regular los tiempos, los contenidos y mediar en cuantos conflictos o desacuerdos pudieran darse entre las partes. Es también importante preservar el espacio y la intimidad de cada parte y que unos y otros no se entrometan en las vidas de cada hogar, haya respeto mutuo y predisposición a la colaboración.

Acordadas las cosas entre las partes y sostenidas por los técnicos la madre donante y su entorno familiar pueden ser un buen recurso de apoyo para la crianza del menor adoptado y unos colaboradores para momentos de crisis, especialmente en la adolescencia, cuando las personas adoptadas tienen que construir su identidad.


TAREA 7: Analiza el procedimiento de intervención propuesto y contesta a las siguientes preguntas: ¿Cómo te sentirías si fueras una madre donante si pasaras por estas experiencias de apoyo técnico?, ¿Cómo te sentirías si fueras un o una adoptante, si tuvieras que pasar por este proceso?, ¿Cómo te sentirías si fueras la persona adoptada?. Si tienes la oportunidad entrevista a una madre adoptiva o a una persona adoptada o incluso a alguien que haya entregado a su hijo o se lo hayan retirado a la fuerza.


12.- RECOMENDACIONES PARA LA DONACIÓN PROPUESTAS POR LA ASOCIACION DE AUTOAYUDA DE MADRES DONANTES O BIOLÓGICAS DE BERLIN “MÜTTER OHNE KIND”

Estas son las recomendaciones que propone una asociación de madres donantes de Berlin, llamada “Mütter ohne Kind” (Madres sin Hijo) que hagan las madres que quieren entregar a su hijo o hija en adopción cuando dan a luz en los hospitales:
  • Presencia en el parto del padre, acompañando este a la madre
  • Convivencia de 2 ó 3 días con el/la bebé en la maternidad, para explicarle la decisión que se va a tomar. Si se precisan más días, adelante
  • Foto de familia
  • Asignación de un nombre, de una identidad
  • Carta de despedida con explicación de los motivos para el abandono, desculpabilizando de todo a su hijo/a, con recomendaciones para su vida futura no comprometedoras, deseo de suerte, mostrando disposición a contactos futuros
  • Elaboración de biografía de ambos progenitores, con fotos y documentos
  • Regalo de despedida (una cadenita, algo personal)
  • Entrega en brazos a sus nuevos padres adoptivos de madre a madre


PROPUESTA DE ACTIVIDADES

LECTURA Y ANÁLISIS:  CARTA DE NATI A SU HIJA DADA EN ADOPCION

Hola cariño: 

Me llamo Natividad Tellez Ortega, todo el mundo me llama Nati, tengo 17 años y vivo en Bilbao. Soy una de tus mamas y me gustaría darte esta carta como regalo en tu primer cumpleaños. Espero que quienes van a ser tu papa y tu mama, te vayan contando lo que aquí pone cuando puedas entenderlo y que te la entreguen cuando sea el mejor momento.  Te voy a contar un poco quién soy, cómo me entere de que vivías dentro de mí y por qué decidí que lo mejor era separarnos. Para mí todavía ahora es difícil de entender, espero que tú si puedas hacerlo algún día.

Mi mami, que se llamaba Asun, se marcha de casa nada más cumplir 18 años, con una amiga, a Burgos. Allí conoce a mi padre, Pedro, se enamoran y al poco tiempo queda embarazada, aunque ella sabía que no iban a poder cuidar de mí, sigue adelante con el embarazo. Cuando yo tengo 1 año, mi madre se separa por primera vez de mi padre ya que él no nos trataba demasiado bien. Al poco tiempo mi mami le da una segunda oportunidad y nos vamos los tres a vivir a Marbella (Málaga) pero las palizas se repiten y mi madre, sólo con lo puesto y conmigo en brazos, vuelve a casa, en Bilbao para pedir a mis abuelos que cuiden de nosotras. Yo no me acuerdo de casi nada de esta época,  pero mi abuela suele decir que tenía tanta hambre que me comía los helados a mordiscos. Me acuerdo de unas botas muy grandes, siempre las llevaba puestas, no se las quitaba para dormir porque mi padre sino la quitaba el dinero, o cuando nos fuimos de casa que sólo llevaba encima esas botas y a mí. Era una mujer muy fuerte.

De los primeros años en Bilbao, me acuerdo de que mi madre tenía muchas amigas y me llevaba a bares con ella, allí me daban golosinas para comer y recuerdo que más de un día me quedaba dormida allí mismo. Era mi abuela quien se ocupaba de nosotras. Al poco tiempo de llegar, le diagnosticaron a mi mami una enfermedad mortal y que no iba a vivir más de seis meses. Aunque aguantó 7 años más.

Cuando tenía 9 años, hice mi primera comunión, unos meses más tarde, cuando era verano se murió. Mi abuela, que se llama Manoli, es cocinera y fue ella quien estuvo allí hasta el último momento, a mí no me dejaban verla porque decía que no quería que la recordara como estaba, sino como había sido.

Mi mami se parecía mucho a mí físicamente y me mimaba quizá demasiado. Fue una luchadora pero tuvo mala suerte en la vida, aunque yo sé que siempre hizo todo lo que pudo para que yo estuviera bien.

A mi padre nunca le conocí y la verdad es que no tengo buena opinión de él. Aunque a veces pienso que es porque sólo me han hablado de él, quienes no le conocían. La información que tengo es que murió hace años, que quiso contactar conmigo pero mi abuela y mi mami no le dejaron.  Me gustaría saber quién fue y cómo era, quizá algún día busque a mi familia en Marbella, porque quiera o no, era mi padre y si mi mami estuvo con él, por algo sería.

Ahora estoy estudiando 1º de Bachillerato, por la rama de Sociales. Cuando acabe, me gustaría trabajar con niños. Lo que más me gusta es salir con mis amigos y oír música, imagino que cuando recibas esta carta y puedas leerla ya no estarán en las listas de éxitos, pero si puedes encontrarlo y te apetece, me gusta mucho Antonio Orozco y El Canto del Loco. Me gustaría poder decirte que leo, que voy al teatro, a pintar o cosas así, pero no es cierto, lo que si me gustaría es que tú las hicieras, que aprendieras muchas cosas y que puedas hacer todo lo que te propongas, si te pareces a mi lo conseguirás, porque dicen que soy muy cabezona así que ya sabes, ¡A por todas, que tú puedes!. 

Todavía no te he contado nada de quien junto conmigo, hizo posible que tú nacieras. Se llama Iker y ahora tiene 20 años, es alto y con unos ojos preciosos, es muy simpático y generoso. Iker tampoco ha tenido una vida fácil, su madre es cocinera, como mi abuela, y su padre se dedica a hacer transportes. Sus padres se separaron hace mucho y él vive desde entonces con su madre, que está bastante desquiciada. Su padre no le hace demasiado caso porque como vive con las hijas de su nueva mujer, no tiene demasiado tiempo para Iker. Cuando nos enteramos de que ibas a nacer, estuvo todo el tiempo conmigo y me ayudo en lo que pudo. Ya no estamos juntos, quizá todo esto haya sido demasiado duro para los dos y vernos nos recordaba tanto a ti que no hemos podido continuar, aunque somos amigos.

Iker y yo llevábamos 2 años juntos. Siempre hemos tomado precauciones, pero algo falló. Cuando vuelvo de vacaciones a Bilbao en Septiembre de 2003, empiezo a notar que tengo el vientre un poco hinchado y por si acaso me hago una prueba de embarazo, da negativo. Pasa Octubre y Noviembre y el vientre parece más hinchado pero yo sigo sangrando todos los meses y me he hecho otra prueba que también ha sido negativa. A primeros de Diciembre me hago la tercera prueba y da positivo. Yo no entendía nada, porque seguía teniendo mis reglas periódicamente. Pero era verdad, así que fui a una clínica para que me dijeran de cuánto tiempo estaba embarazada. Cuando vino la enfermera para darme el resultado, vi su cara y sabía que algo malo estaba pasando, entré a la consulta y me dijo “¿querías saber de cuánto tiempo estabas no?, pues siéntate, porque si no, te vas a caer de culo, no estás ni de dos ni de tres meses, esto es un parto inminente, vas a parir dentro de 2 semanas a lo sumo”. Ahora sí, que no entendía nada, yo había tenido la regla todos estos meses, dos pruebas habían dado negativo y de repente tú estabas llamando a mi puerta ... Se me cayó todo encima, pequeña, todo.

No sabía qué hacer, qué hacer contigo, siento decirlo así pero es que estaba muy perdida. No podía contar con mi familia, mi abuelo estaba muy enfermo y no se lo podía decir, mis tíos no lo habrían entendido ni me habrían creído. Y mi abuela, que era la única que lo sabía me dijo que era una decisión muy importante y que era yo la que tenía que decidir. Iker también me decía que haríamos lo que yo decidiera, pero yo no sabía qué hacer y me sentía muy muy sola.

Pensé y lloré y volví a pensar y a llorar y al final decidí. Yo no iba a poder cuidarte como es debido, tampoco quería que te faltara un padre como a mi, ni que las dos malviviéramos si yo dejaba de estudiar y me ponía a trabajar. Sigo sin saber si lo he hecho bien o mal. Aunque creo que ha sido lo correcto, lo mejor para ti,  aunque yo siga llorando y dudando. Pero estoy feliz porque sé que las personas con quienes estás, te van a querer tanto como yo y te van a cuidar mucho mejor de lo que yo habría podido hacer.

Quiero que sepas que no estaba sola del todo, ha habido una persona que aunque no era de mi familia, ha estado a mi lado y me ha apoyado en todo lo que he hecho, me ha ayudado a ver las alternativas, y me explico qué era lo de la adopción y cómo nos iba a afectar a ti y a mí, es bueno tener alguien en quien confiar y que sabes que no te va a juzgar.

Pero vamos a dejar las cosas tristes que te voy a contar cómo naciste, princesa. Era 28 de Diciembre, el día de los Inocentes, muy acertado ¿verdad?. Era de noche, me llevaron al hospital mis tíos (a mi abuelo le dimos una excusa y lo creyó). Al principio todo el mundo me trató muy bien hasta que supieron que yo te iba a ceder en adopción. Entonces todo cambió y me empezaron a tratar fatal. Nada más nacer te pusieron encima de mi vientre, estabas húmeda y caliente, eras tan bonita y tan frágil... pero rápidamente te retiraron de mí. Apenas me dejaron verte y sólo pude estar contigo unos minutos el día que salí del hospital y porque me encaré a las enfermeras, pude hacerte una foto pero ni siquiera me dejaron cogerte, ni siquiera eso, ni siquiera te dejaron el nombre que te puse, porque te puse un nombre ¿sabes?. Sé que te llaman Nerea pero para mí siempre serás Iraide. (El nombre es vasco pero viene de Hera, la Diosa de las mujeres y de la primavera, la época en que fuiste concebida).

Me gustaría decirles algo, a los que ya son tus papas:  Hola a los dos, cuando nuestra hija nació era Navidad, pensé en vosotros, en qué tipo de personas seriáis, también pensé en lo mucho que debíais desear tener una hija, en todo el tiempo que habríais estado esperando, en todo el amor que tendríais guardado para ella, en que sería el mejor regalo que la Navidad os habría dado nunca y sabéis?, estos pensamientos me ayudaron mucho a decidirme, de modo que gracias por estar ahí. Por favor, no la malcriéis, ella va a ser fuerte, lo sé, sólo necesitará vuestro apoyo y mucho, mucho cariño. Y por favor, dadle esta carta, contádsela al principio como un cuento hasta que sea lo suficientemente mayor para entenderlo todo. Por favor, dádsela, por mí y por ella.

Cariño, espero que hagas caso a lo que te digan tu papá y tu mamá, ellos saben lo que es bueno para ti y son las personas que más te quieren en el mundo. Cuando seas más mayor, como yo ahora, confía en ellos, son los únicos que nunca te fallaran Se una buena persona, o como dice alguien que conozco, un ser humano autentico utilizando la única libertad que tenemos, que es elegir en cada momento cuál es nuestro camino, pero también asumiendo las consecuencias de lo que vamos haciendo en ese caminar.

Bueno princesa, me gustaría poder decirte hasta luego pero no me quiero mentir, no sé si nos volveremos a encontrar, yo espero que sí. Quiero que sepas que en cuanto quieras yo estaré totalmente dispuesta y encantada de conocerte algún día, de poder charlar contigo, de ver en qué persona te has convertido, de saber que todo esto ha merecido la pena y sobre todo de poder darte aquel beso que nos robaron.

TAREA 8: Analiza la carta escrita por una educadora y suscrita por Nati y contesta a las siguientes preguntas:
  1. Técnicamente que evaluación te merece la carta
  2. Qué cambiarías, quitarías o añadirías
  3. Qué efectos piensas que hará esta carta en Iraide
  4. Qué efectos tendrá en sus padres adoptivos
  5. Cuando entregarías tu esta carta y por qué. ¿Esperarías a que Iraide tenga 18 años?. ¿Tendrían los adoptantes derecho a no entregarla?
  6. Evalúa el comportamiento de los y las profesionales del hospital y señala que tenían que haber hecho según tu criterio. ¿Cuáles han sido sus errores?

TAREA 9: Lectura del documento adjunto “Mütter ohne Kind”- Asociación madres sin hijo. Grupo de autoayuda de Berlin (Alemania). Servicio de asesoramiento para madres biológicas y padres biológicos folleto de información y asesoramiento para mujeres que quieren dar a su hijo en adopción