Índice de la Unidad
1.- Introducción
2.- El hijo adoptivo como fruto de la actuación de diversos agentes
3.- Los sentimientos y vivencias de la familia donante (biológica)
4.- Experiencia de un contexto social, familiar y personal muy difícil
5.- Sentimientos de las madres biológicas de las personas adoptadas
6.- Siguen siendo madres pero sin hijos
7.- El espacio emocional de los donantes o familiares biológicos
8.- Principios rectores de la atención a la familia biológica
9.- Necesidades manifestadas por las familias donantes o biológicas
9.1.- Necesidad de información y orientación
9.2.- Necesidad de contención emocional, escucha,
comprensión y respeto
9.3.- Necesidad de acompañamiento y asesoramiento
10.- Fases del duelo emocional por la perdido del hijo o hija
11.- La intervención técnica con la familia biológica en el proceso de
adopción
11.1.- Fase de notificación
11.2.- Fase de contención y apoyo emocional
11.3.- Fase de constitución del legado para el hijo
entregado
11.4.- Fase de despedida y entrega
11.5.- Fase de seguimiento
12.- Recomendaciones para la donación propuestas por la asociacion de
autoayuda de madres donantes o biológicas de Berlin “Mütter ohne Kind”
INTRODUCCION
Los familiares biológicos son los
protagonistas tradicionalmente ausentes en todos los procesos adoptivos. En
nuestros modos técnicos de actuar en los procesos adoptivos no los tenemos en
cuenta ni les damos cabida. Son parte fundamental pero están invisibilizados para los profesionales una vez que se ha conseguido separar a la criatura.
Sin embargo como afirma Irmela
Wiemann, en toda familia adoptiva hay necesariamente un espacio emocional para
los familiares biológicos de los niños y niñas que adoptamos. Es evidente que
biológicamente sin ellos y ellas no existirían los menores adoptables. Pero
emocionalmente ocupan espacio en la vida del resto de protagonistas, ya sea la
propia persona adoptada, sus adoptantes o los técnicos y profesionales que han
estado en contacto con cualquiera de todos ellos. Se piensa en ellos y ellas,
para bien o para mal. Se les añora y se les odia, se les espera y se les teme y
constantemente aparecen en las fantasías de adoptados, adoptantes y
profesionales.
Técnicamente en España y en
otros países del mundo se les excluye del proceso y no se les considera capaces
de participar y colaborar. Como buenos representantes de las experiencias de
fracaso se les quiere lejos de las personas adoptadas y de los y las
adoptantes.
A la adopción las familias
biológicas pueden llegar de muy diversas maneras: pueden llegar voluntariamente
tras un proceso consciente y doloroso en el que la madre y pocas veces el padre
concluyen que lo mejor para la criatura es separarle, lo correcto sería
poderles llamar también como hacen en Alemania “familia donante”. Esto en
España genera ciertas controversias pues parece que no se puede atribuir
cualidades positivas a personas “que abandonan”. Lo habitual en España es la
adopción por la vía del abandono de los padres, tras años de negligencia o
incluso acontecimientos graves de maltrato. Nuestras historias de adopción
hablan sobre todo de adopciones tardías forzosas o de abandonos y desamparos
tempranos con excesivos meses de vida institucional y modo incógnito. También
se observan diferencias en función de los países de origen de los menores, como
si pudiera hablarse de “modos de abandono” diferenciados por culturas.
En esta unidad describiremos el
modo de vida de las familias biológicas donantes o forzadas de cara a plantear
modos y estrategias para ayudarles a participar en el proceso en función de sus
capacidades y siempre pensado en el beneficio que su participación puede
generar en las personas adoptadas y en el proceso adoptivo en general.
Plantearemos sus experiencias,
sus sufrimientos y sus necesidades como modo de facilitarles recursos técnicos
de apoyo y ayuda que pueden ir desde ayudarles a hacer un proceso de abandono
voluntario de tipo encomienda consciente a facilitarles el proceso de despedida
y de duelo en los casos de adopciones forzosas mediante acompañamientos
técnicos.
Para ello contamos
también con vuestras experiencias, intuiciones y conocimientos.
2.- EL HIJO
ADOPTIVO COMO FRUTO DE LA ACTUACIÓN DE DIVERSOS AGENTES
Vera Fahlberg, una psicóloga
californiana entre otras cosas plantea una serie de reflexiones que nos ayuda a
contextualizar el papel de las diferentes partes e el proceso de construcción
del hijo/a adoptivo/a. Describe las diferentes dimensiones de la parentalidad
presentes en todo proceso de construcción de un hijo :
1.- Padre / madre biológico/a que le
aporta la vida al/la hijo/a, lo cual hablaría de la necesaria paternidad /
maternidad biológica.
2.- Padre / madre jurídico/a a quien
se les supone potestades legales y capacidades para tomar decisiones. En el
caso de niños adoptados o acogidos en función de sus abandonos tiene que haber
jueces que asuman esta función y tomen las decisiones pertinentes para que los
derechos de estos niños y niñas vean cubiertos sus derechos.
3.- Padre / madre económico/a que se
encarga de la función de aportar los recursos de cuidado y atención que
precisan los niños y niñas. En el caso de las personas adoptadas esta función
las ejercen los diferentes dispositivos de acogida residencial que precisan los
niños y niñas en situación de desamparo. Se trata de alimentarles, vestirles,
educarles, curarles...
4.- Padre /madre socioemocional ,
que son el padre y la madre con los que vivimos a diario y con los que construimos
los vínculos de apego que se precisan para construir la propia personalidad.
Estos suelen ser los adoptantes y los acogedores
Vera Fahlberg opina que para la
construcción de una identidad sana los hijos e hijas que adoptamos o acogemos
tienen que poder llevar a cabo una buena Integración de las dimensiones de la
p/maternidad citadas durante los procesos de apego con sus adoptantes y
acogedores. Esta es una tarea que las instituciones de acogida no pueden
ofrecer a los niños y niñas que acogen y por ello nuestro sistema de protección
busca familias adoptivas y de acogida capaces de ofrecer esta tarea.
Lógicamente la función biológica
y de legado es una tarea que corresponde a la familia biológica y hay que
ayudarle o ofrecer este apoyo imprescindible para la construcción de la
identidad integrada cuando uno ha sido desagregado de su entorno. Cuando
hablamos de legado hablamos de historia, herencias culturales y sociales,
patrimonios intangibles ligados a las experiencias vitales compartidas, nombre,
vínculos…
Debemos generar sistemas para
que las familias biológicas puedan aportar estos elementos. Nuestros procesos
adoptivos tienden a disgregar y desintegrar los aportes de estas dimensiones de
parentalidad necesaria para la construcción del ser humano como hijo/a.
Recuerda a modo de reflexiones
en relación a las personas adoptadas:
1.- En el hijo adoptivo confluyen
los aportes de diferentes parentalidades.
2.- El hijo adoptivo como resultado
de la interacción de diferentes agentes entre los que se reparten aspectos de la parentalidad.
3.- Lo habitual de nuestra cultura
adoptiva es que solo tengamos en cuenta a la madre y al padre socioemocional,
que son los adoptantes.
4.- El resto de agentes apenas es
tenido en cuenta, desaparece y se desconocen con frecuencia sus identidades y
sus aportes (legado del hijo adoptivo)
5.- Esta pluriparentalidad debe
tenerse en cuenta también en la acción profesional. La apertura en la adopción
es algo aplicable también a la gestión de las adopciones, no hay motivos para
que no haya otros modos de adoptar
6.- El niño adoptado tiene muchas
familias en su historia o biografía y a través de ellas se construyó como ser
humano (familia biológica o donante, familia de acogida, grupo de hogar de
acogida con educadoras, cuidadoras y más niños y niñas, jueces y juezas que
toman decisiones, técnicos de protección que evalúan situaciones… )
7.- Hablar de la familia adoptiva
como único agente de la construcción del niño adoptado es un reduccionismo que
tarde o temprano afecta a todo el sistema de la adopción.
8.- Los profesionales hemos de
intervenir con diferentes familias y apoyar a lo largo del proceso adoptivo a
todos los diversos protagonistas.
9.- Esta intervención integradora de
las diferentes dimensiones constitutivas del hijo adoptivo redundará en
beneficio de las personas adoptadas.
La tarea de pedir a las familias donantes o biológicas
de las personas adoptadas que colaboren conlleva tener en cuenta los aportes
que pueden hacer a estas.
TAREA 1 : Señala al menos cinco elementos sean tangibles o no que las
familias donantes o biológicas pueden aportar a sus hijos e hijas. Describe el
legado que le pueden aportar y piensa en las maneras, modos y procedimientos
para ello.
3.- LOS
SENTIMIENTOS Y VIVENCIAS DE LA FAMILIA DONANTE (BIOLÓGICA)
Las experiencias que viven las madres biológicas o donantes de las personas adoptadas están marcadas fundamentalmente por las siguientes situaciones:
1.- Embarazos no deseados por muy diversos motivos. Se trata de madres muy jóvenes y con frecuencia adolescentes para quienes resulta imposible hacerse cargo de una criatura. Con frecuencia las madres tienen ya otros hijos y carecen de fuerzas, recursos y energías para la crianza del último niño, sienten que no pueden hacerse cargo de otro niño más
2.- Pobreza extrema donde se han dado vidas muy carenciadas, donde falta el alimento, el alojamiento, la ropa, los cuidados sanitarios o el calor básico que necesitan las personas. Paro, ausencia de medios regulares de vida.
3.- Infancias en las madres muy difíciles marcadas por el de maltrato, el abandono de sus propios padres y madres; no ha habido vínculos seguros que les faciliten la conexión con las necesidades de sus propios hijos. Madres que carencian a sus hijos e hijas y que a su vez fueron carenciadas. Muchas madres biológicas tienen a su vez un historial de institucionalización y repiten los patrones de desatención. Desconocen el haber vivido en familia y carecen de un patrón referencial. Nadie les enseñó a sentir e interpretar a su hijo o hija porque a ellas tampoco les trataron de forma sensible, ni les facilitaron la satisfacción de sus necesidades infantiles más básicas.
4.- Rechazo social por muy diversos motivos, como la pertenencia a minorías, el ejercicio de la prostitución o el haber cometido delitos.
5.- Con frecuencia no hay una familia detrás de estas madres que sirva de apoyo para prevenir el abandono, prestar auxilio o refresco, o económico en momentos de necesidad. El rechazo familiar y el rechazo de las personas más cercanas se puede haber producido al tratarse de un embarazo rechazado por la familia al ser extramatrimonial, o por motivos religiosos o prejuicios morales
6.- Madres inmersas en procesos de toxicomanía o alcoholismo que para financiarse los consumos cometen delitos o tienen que prostituirse, endeudarse y el centro de sus vidas les aparta de la crianza de su hijos, pudiendo ponerlos en peligro por desatención y falta de cuidados
7.- Ruptura con sus parejas, a veces por el embarazo en si o posteriormente tras la decisión de dar al niño en adopción. Pocas parejas sobreviven a la pérdida de un hijo común por abandono. Con frecuencia la pareja no es estable e incluso desconoce la existencia de las criaturas. Es frecuente el padre progenitor desconocido
8.- Algunas personas adoptadas han sido engendradas en actos de violencia sexual, violaciones y esto lleva a sus madres y a su entorno al rechazo de estas criaturas.
9.- Pueden darse varias de estas causas a la vez, lo que incrementa considerablemente el riesgo de abandono.
TAREA 2 : Busca tres personas adoptadas conocidas o no y describe los
motivos de su abandono por parte de sus familias donantes o biológicas
4.- EXPERIENCIA DE
UN CONTEXTO SOCIAL, FAMILIAR Y PERSONAL MUY DIFÍCIL
Los contextos sociales,
familiares y personales hacen imposible la crianza por ausencia de condiciones
estables, seguridad, apoyo y recursos. Criar a un hijo prácticamente resulta
imposible o las posibilidades de éxito son muy escasas. Estos contextos
conducen a una mayor probabilidad de abandono, voluntario o no. Con frecuencia
las criaturas tienen que ser sacadas a la fuerza de estos contextos familiares
o son encontradas por terceros que alarman a las autoridades protectoras.
Contextos donde el abandono
del niño pasa a ser una alternativa para la supervivencia de ambos: de la madre
y del niño. Para salvarse ambos deberán separarse y seguir caminos distintos.
La madre no puede atender a sus propias necesidades y a las de su hijo. El hijo
le supone un “lastre” para salir adelante. No puede con ambas
responsabilidades.
Para salvar al hijo le tiene
que dejar en manos de otras pues juntos corren el riesgo de sucumbir. El
abandono del niño pasa a ser un acto de “amor” y un acto de responsabilidad
parental: ya que yo no puedo criar a mi hijo que lo hagan otra madre y otro
padre, o que lo cuiden las instituciones.
Tampoco hay que perder de
vida otro de los motivos de abandono que afectan a una buena parte de las
personas adoptadas originarias de países donde se practican discriminaciones
institucionalizadas. El hecho de ser mujer en algunos países de Asia puede
significar el abandono de una niña. Países con la práctica del hijo único donde
la transmisión de los vínculos viene determinada por el hecho de ser varón y
esto está unido a ciertos privilegios, condena a muchas niñas en algunos países
al abandono cuando no al infanticidio.
TAREA 3 : Busca un caso real de adopción y estructura una argumentación que
usarías con la madre biológica para ayudarle a tomar la decisión de la donación
o cesión voluntaria y consentimiento. Piensa y escoge tres argumentos que en
ningún caso usarías.
5.- SENTIMIENTOS DE
LAS MADRES BIOLÓGICAS DE LAS PERSONAS ADOPTADAS
Se tiende a pensar que el
abandono es un acto que no influye en el mundo emocional de las madres
biológicas. Desde los prejuicios y el desconocimiento con frecuencia se afirma
que estas madres “desnaturalizadas” no sufren ni padecen tras dejar a sus hijos
o hijas en manos de instituciones para su adopción.
La pobreza, la mala vida y
todas las formas de vida lamentable que hemos descrito no deben llevarnos a
pensar que todo en las vidas de estas personas es malo y desechable. Junto con
situaciones desesperadas, irresponsables o peligrosos para la integridad de los
niños se producen también sentimientos de amor y ternura que frecuentemente se
entrelazan con fuertes sentimientos de tristeza, rabia, enfado, temor,
vergüenza y culpa. Muchos de los cuales van a acompañar a las madres de por
vida, especialmente la vergüenza y la culpa.
En algunos casos donde la
adopciones son forzosas y no hay consentimiento para ella por parte de la
familia biológica, un inmenso sentimiento de impotencia ante una situación que
les puede y les vence inunda la vida de muchas mujeres y madres, que piensan
que las decisiones de las autoridades protectoras son injustas y buscan
hacerles daño y arrebatarles lo único seguro que tienen, sus hijos e hijas.
Algunas madres y familias largamente
negligentes, cuando se les notifica la decisión de retirarles la patria
potestad de sus hijos, van a plantear batalla legal con toda seguridad y no se
lo van a poner fácil a las instituciones. Esta defensa a ultranza del
mantenimiento del estatus de pertenencia y propiedad biológica de los hijos e
hijas supone para ellas un acto de resistencia frente a las dificultades y
sienten que no pueden consentir. No aceptan que su hijo o hija pueda ser
retirado e incluso no ven motivos para ello. Necesitan quemar los últimos
cartuchos para sentir que no se hunden. Sus familias también influyen en esta
estrategia y en ocasiones hemos tenido testimonios de madres que dicen que si
consienten y sus familias se enteran les van a hacer la vida imposible. Que si
fuera por ellas firmaban el consentimiento.
Por otro lado la experiencia
nos dice que aunque las familias con frecuencia no consienten ni comparten las
decisiones de las autoridades y reclaman judicialmente, esto no significa, que
no vayan a colaborar o que no acepten los apoyos que se les presta. Siguen
teniendo su amor por sus hijos y si se les ayuda a entender que hacer ciertas
cosas por su hijo o hija (despedirse, encomendarles, escribirles, darles fotos
u otros objetos y recuerdos…) o dar ciertos mensajes es bueno para los niños,
llegan a hacerlo y lo agradecen. No consentir no implica no colaborar, de la
misma manera que el que una familia o madre consienta tampoco significa que
vaya a colaborar o vaya a hacer las cosas correctamente.
El dolor por una separación
en las que las alternativas no son posibles y que durará toda su vida es algo
garantizado para las personas que entregan a sus hijos e hijas en adopción o se
les fuerza a separarse. Hemos de contar con ello y estar en disposición de
apoyar y acompañar a estas personas y familias. Celebrar rituales de despedida,
preparar el legado del hijo que se entrega o va a ser retirado a la fuerza y sentir
la cercanía emocional, el consejo, el acompañamiento de alguien con preparación
(sea profesional o voluntario) ayuda a las familias y a las personas donantes o
forzadas a entregar a sus hijos e hijas a superar este dolor. Hasta ahora y
todavía las madres y familiares que han tenido que pasar por este proceso
sufren con frecuencia o han sufrido soledad, rechazo y crueldad por parte de
profesionales e instituciones. No hay ninguna razón para ello y no son pocas
las madres biológicas que tras estos modos inadecuados de actuación técnica y
profesional enferman mentalmente y silencio pues tampoco pueden solicitar el
apoyo y la comprensión de casi nadie. Declarar que te han quitado el hijo o que
lo has abandonado despierta todo tipo de rechazo social y nadie considera que
estas personas, en lugar de castigo y desprecio lo que precisan es apoyo y
comprensión.
No pocas veces encontramos
mujeres, que tras un proceso de retirada de su hijo o hija se vuelven a quedar
embarazadas y tienen otro hijo o hija al que intentan ocultar y proteger de las
instituciones, algunas llegan a cambiar de lugar de residencia para escapar al
control, pero tienen una alta probabilidad del que el proceso se vuelva a
repetir. Tras estas actitudes puede haber duelos o pérdidas no elaboradas
emocionalmente. No acompañar o apoyar a las mujeres y familias, a las que se
les retira uno o más hijos o hijas, puede conllevar círculos viciosos de
actuación donde las instituciones son una parte más de los jugadores. Tienes
hijo, te lo quito, tengo otro, te lo quito también, pues ”hago otro”, pues “te
lo quitaré”…
La elaboración de duelos por
las pérdidas de los hijos e hijas entregados en adopción o retirados
forzosamente, es una actuación, que los servicios de protección deben
incorporar a las tareas, cuando se trabaja con familias que van a sufrir estos
procesos.
La incertidumbre, el miedo,
la rabia, la impotencia y la angustia que viven estas madres y sus familiares
tienen que ser contenidos por el bienestar de estas personas pero también para
mejorar la calidad, la seguridad del proceso y poder entregar al niño o niña
que va a ser protagonista de la adopción un legado que pueda integrar en su
difícil y complejo proceso de construcción de la identidad.
TAREA 4 : Recrea, busca una historia real de una madre que ha entregado a
su hijo o hija o que las autoridades se lo han retirado y analiza sus procesos
emocionales, sus estados mentales, sus pensamientos y sus reacciones partiendo
de sus emociones, vivencias y trato recibido…
6.- SIGUEN SIENDO
MADRES PERO SIN HIJOS
Las madres que dejan a sus
hijos en adopción o se los retiran las autoridades en el marco de procesos de
protección, tienen una añoranza durante toda la vida por el hijo perdido. No se
olvidan de sus hijos e hijas a lo largo de su vida, les echan de menos y se
acuerdan de ellos o ellas permanentemente.
Recuerdan y celebran en
secreto y en silencio absoluto cada aniversario o cumpleaños del hijo que
tuvieron que abandonar. Buscan consciente o inconscientemente a su hijo en todo
momento o en cualquier momento surge el recuerdo de todo. Esto es algo que no
comparten con nadie y con frecuencia en el caso de rehacer su vida o
continuarla por derroteros normales sus nuevas parejas o hijos e hijas
desconocen el hecho de esta pérdida. La vergüenza y el miedo al rechazo les llevan
a guardar silencio.
Los pensamientos en el hijo
o hija que se abandonó o se retiró por parte de las autoridades les lleva a preocuparse
por la suerte que hayan podido tener en la vida y en lo más profundo de su pensamiento
les desean el bien y les gustaría o desearía saber de ellos. Si pudieran y les
dejaran hacer algo por ellos y ellas, lo harían.
En algunos sitios y particularmente algunos servicios
de protección informan a las madres de la evolución de sus hijos e hijas. E
incluso este tipo de información está regularizado y protocolizado. Pero la
práctica generalizada es mantener el incógnito aduciendo que el no saber evita
sufrir.
Nos consta desde la práctica
cotidiana que los niños y niñas que adoptamos piensan en sus familias biológicas
más de lo que cuentan a sus adoptantes y reconocen ellos y ellas ante terceros.
Ellos y ellas nos informan que piensan en cómo estará su madre biológica, por
qué le abandonó, si le quería, piensan también en hermanos o hermanas que se
quedaron con la familia biológica. Quieren saber los motivos de su abandono, las
circunstancias, y si un reencuentro con sus madres u otros familiares,
especialmente hermanos es posible.
Los adoptantes reconocen que
también piensan en los familiares biológicos de sus hijos e hijas y hablan de
estos. Su
imaginario está poblado de fantasías en torno a la familia biológica de su
hijo/a por muy diversos motivos. Algunos y algunas adoptantes sienten que deben
agradecerles la donación de su hijo/a, otros y otras temen una irrupción
inesperada, o el rapto de sus hijos o hijas por parte de la familia biológica o
incluso fantasean con la huida de sus hijos e hijas hacia sus orígenes. También
quieren saber sobre la familia donante o biológica, a pesar de que aunque todo
el mundo quiere disuadirles y les dicen que están locos y que lo mejor es no
saber nada y no decir nada a sus hijos, por el hablar de los orígenes, las
causas del abandono traumatiza. Resulta curiosa esta creencia. A víctimas de
experiencias de abandono y de negligencia, institucionalización y trasplantadas
a otro mundo lo que les traumatiza, es hablar de ello, no la experiencia
vivida. Por suerte cada vez hay más familias, que superan sus miedos y
prejuicios rompen el incógnito, son sensibles a las demandas de sus hijos/as, inician
y comparten la búsqueda y mediación de orígenes con sus hijos e hijas, y deciden
tomar contacto.
Las madres donantes o forzadas a
entregar a sus hijos o hijas no olvidan jamás al niño/a entregado/a
o sacado/a por las autoridades. Afirman
pensar constantemente en sus hijos e hijas que perdieron o entregaron y el
proceso de donación o retirada forzosa deja en las madres heridas abiertas y
tiene consecuencias para ellas de por vida. Con mucha frecuencia esta pérdida
no elaborada les lleva a sufrir trastornos de salud mental y no pocas pasan por
importantes procesos depresivos.
7.- EL ESPACIO
EMOCIONAL DE LOS DONANTES O FAMILIARES BIOLÓGICOS
Irmela Wiemann, psicóloga
alemana especializada en atención a menores adoptados y acogidos, afirma que “e n toda familia de acogida o adoptiva
hay un espacio emocional para la familia biológica del niño que han adoptado o
acogido”. La experiencia de trabajo nos lo confirma.
Se trata de un espacio emocional poblado de datos,
creencias, sentimientos de todo tipo, prejuicios… vacíos parciales y en la
medida que faltan datos o contactos reales sobre todo lo que puebla este
espacio son las fantasías de todo tipo. Fantasías que persiguen paliar los
vacíos y las ausencias. Con frecuencia la familia biológica es un fantasma que
convive con la familia adoptiva y del que nadie habla pero, al que todos y
todas tienen en su pensamiento.
Este espacio emocional es un espacio continuo,
accesible que debe ser explorado, a pesar de estar descuidado por técnicos,
adoptantes y adoptados. Este espacio emocional puede ser una oportunidad y un
recurso si se trabaja adecuadamente desde el punto de vista técnico.
TAREA 5: Imagina que tienes el poder de dictar leyes y estructurar
procedimientos. ¿Darías a los familiares biológicos algún derecho a la
información de sus hijos entregados en adopción?. ¿Qué contenidos deberían
poderse informar, cuáles no…? ¿Qué
limitaciones pondrías?. ¿Qué opinión te merece la adopción abierta, en la que
además habría posibilidades de contacto?.
8.- PRINCIPIOS
RECTORES DE LA ATENCIÓN A LA FAMILIA BIOLÓGICA
En lo que
respecta a la atención a este colectivo y protagonista de la adopción en
nuestro país y en la cultura adoptiva en general hace falta un cambio de
paradigma. Debemos empezar a superar prejuicios, miedos e ignorancias. Hemos de
procurar un buen trato a la familia biológica y no es de recibo que los
profesionales del bienestar social apliquen estrategias y protocolos de
actuación que suponen en bastantes casos prácticas inadecuadas y sospechosas de
ser maltrato institucional.
Que te quiten
a tu hijo o hija es una de las experiencias más dolorosas que hay,
especialmente si no comprendes los motivos. Para las personas que la sufren
supone un auténtico mazazo, un golpe emocional que genera grandes dosis de
angustia, rabia, sentimientos de impotencia. A quien se le aplica la medida de
la retirada de la patria potestad, pasa por un calvario de sufrimientos.
Necesitan cuidados y atenciones para superar este sufrimiento y poder aceptar y
entender que es tal vez lo mejor para su hijo o hija.
Es urgente trasladar y modificar los modos de actuar
de la institución sanitaria. Sus protocolos de actuación están obsoletos y no
deben de aplicarse. Algunas madres adoptivas refieren experiencias de mucho
sufrimiento. Los hospitales tienen que prestar otro tipo de ayuda a estas
personas en el momento del parto cuando han decidido que quieren entregar a su
hijo en adopción. Debe haber contactos con el hijo entregado, y se ha de participar
en la constitución del legado para el niño o la niña que va a ser adoptada.
Se hace necesario intervenir y dar otro tipo de
cabida a la parte donante o biológica en los procedimientos técnicos y en el
imaginario de los técnicos. Hemos de poder concebir a la familia biológica como
un recurso más al servicio del interés supremo del menor. No como el enemigo al
que hay que derrotar y ahuyentar. Y por supuesto hemos de dotarnos de
procedimientos técnicos, contenido y preparación para hacer una tarea profesional
que es muy dura, pero una vez realizada gratificante.
El miedo y el desconocimiento de los técnicos y
profesionales a la hora de intervenir no justifica el maltrato que con
frecuencia han sufrido las madres biológicas. No debemos permitir que sientan
la adopción de sus hijos e hijas como un castigo y una condena por haber sido
malas madres.
Para ello proponemos los siguientes principios
rectores:
1.- Reconocimiento
a la parte donante o biológica como parte del proceso y participante en el
mismo.
2.- Reconocimiento
de funciones, derechos y obligaciones.
3.- Dotación de
recursos de orientación, apoyo, acompañamiento antes, durante y después de la
adopción.
4.- Modificación
de los procedimientos que atenten contra los derechos de las personas y sean
lesivos.
5.- Formación de
los técnicos intervinientes en todo el proceso, antes, durante y después de la
entrega o retirada.
6.- Legitimación
social del papel de los donantes, campañas para modificar los prejuicios
sociales en torno a las madres biológicas
9.- NECESIDADES
MANIFESTADAS POR LAS FAMILIAS DONANTES O BIOLÓGICAS
En los países en los que las madres biológicas han
tenido la oportunidad de juntarse y pensar en sus necesidades y situación y reclamar
un trato más digno y respetuoso, han propuesto las siguientes medidas como recursos
de ayuda que les ayudarían a superar sus pérdidas y a mantener un estatus de
dignidad:
1.- Preparación y acompañamiento para
dar a su hijo libremente en adopción.
2.- Trato respetuoso por parte de los
profesionales hacia sus personas durante el proceso de donación o retirada
forzosa.
3.- Información, preparación y
acompañamiento después de la donación o retirada forzosa durante la adopción.
4.- Mediación, preparación y apoyo
para la toma de contacto o demanda de información, cuando se inicia la búsqueda
de orígenes
En el marco de un proyecto europeo de intercambios
profesionales en Berlín en el año 2000 acudimos a una entrevista con Elke
Lehnst, una educadora social, que ella misma era una madre biológica, que había
entregado a su hijo en adopción siendo adolescente y que entre sus actividades
profesionales estaba la promoción de los grupos de autoayuda para mujeres que
como ella se habían tenido que separar de sus hijos o hijas opinaba que había
que cambiar las formas actuales de proceder en el proceso de adopción. Decía
que en su experiencia las madres que han entregado a sus hijos o se los han
retirado quieren, pueden y saben ser partícipes del proceso si se les ayuda y
apoya. Que de alguna manera siguen siendo madres aunque ya no vivan con sus
hijos y que consideran que pueden tener funciones y tareas para con sus hijos.
Ella decía que nadie mejor que ellas para explicar a sus hijos el por qué les
habían abandonado. Informaba de que había madres dispuestas a colaborar y que desean tener un
papel más activo en la selección de adoptantes y seguimiento de su hijo, que
quieren un sitio y un espacio, para ayudarse entre ellas, ayudar a sus hijos y
ayudar a las familias adoptivas.
9.1.- NECESIDAD DE
INFORMACION Y ORIENTACION
Las madres biológicas necesitan información sobre lo
que implica la adopción para ellas y para su hijo e hija y de qué manera esta
decisión afectará a las relaciones que va a tener y que pueda tener. Que es una
medida que cesa todo tipo de vínculo jurídico y que no es reversible, no hay
vuelta atrás. Es buena que reciban información técnica sobre las consecuencias
y repercusiones para los diferentes protagonistas, los menores, los adoptantes
y los familiares.
Deben saber que es un proceso doloroso, que no se
puede olvidar y que se ha de aprender a vivir con ello y a mitigar los
sentimientos y pensamientos derivados del proceso de duelo que va a conllevar.
Es bueno informarles también de la necesidad de que participe en el proceso
aportando un legado necesario para su hijo o hija en el futuro e invitarle
formalmente a participar, haciéndole ver las consecuencias negativas de salir
huyendo o de no enfrentarse a un proceso de cesión estructurado. El proceso
puede ser doloroso haciéndolo bien y este dolor es más llevadero que el actuar
de incognito y desaparecer.
Hay que informarle a las madres sobre las decisiones
tomadas por los técnicos y las autoridades, como se van a producir, trámites,
gestiones. Hay que hablar sobre el alcance real de las decisiones tomadas y sus
posibles consecuencias e incluso alternativas. Aclarar en qué consisten las
diferentes medidas protectoras y de qué manera le van a implicar a ella, a sus
hijos o hijas y familiares. Plazos, objetivos y recursos que se pueden de modo
alternativo. Que quede lo menos posible sin ser tratado para que luego las
dudas o el pensar que quedó algo pendiente, no les atormente permanentemente.
En los casos de que se trate de una adopción forzosa
motivada en prácticas abandónicas o negligentes a nivel parental, que no
comparta y considere injusta hay que informales de su derecho a reclamar
judicialmente y cómo actuar, donde tiene que ir y qué gestiones y contactos
debe hacer. Dejando claro que el juez en todos los casos es la autoridad
competente para decidir por encima de todos y que cuando dicta sentencia lo que
diga se cumplirá. Pero que debe asumir que pueden verse sus expectativas
defraudadas y que en ese caso se le va a seguir ayudando y apoyando durante el
proceso adoptivo.
Hay que hacerles entender que la adopción de su hijo
o hija no es castigo para ellas por haber sido malas personas y sino que la
adopción es una medida para preservar los derechos de su hijo, que ellas no son
capaces de garantizar. Tienen que saber que los niños y niñas tienen derecho a
criarse en familia, y que una vez que ellas y su entorno no es capaz de
garantizar estos derechos, las autoridades tienen la obligación de declarar el
abandono y la adoptabilidad de su hijo o hija. La adopción es una oportunidad
para sus hijos, que claramente resultará dolorosa para ellas y sus familias.
Por tanto la concreción de los contenidos a tratar
con las madres biológicas puede ser la siguiente:
1.- Motivos,
razones y situaciones para tomar la medida de separación definitiva
2.- Pasos y
procedimientos que hay que hacer para alcanzar alternativas propuestas
3.- Derechos que
asisten a las personas implicadas; madres, menor, técnicos…
4.- Deberes que
deben ser satisfechos como contrapartida
5.- Conveniencia
de la medida de separación definitiva para sus hijos o hijas
6.- Afrontamiento
de la presión de familiares y amigos si deciden cooperar o participar aduciendo
el superior interés del menor
7.
Recursos
existentes para poner en marcha las alternativas ya sean de tipo legal,
psicológico, social, socioeducativo, autoayuda
8.
Procedimientos,
tareas y estrategias para poder colaborar y aportar su legado a sus hijos e
hijas de forma correcta.
TAREA 6: lista al menos 10 cosas concretas que se deriven de esta lista que
deban ser informadas a las madres biológicas cuando ceden a sus hijos o hijas o
se los retiran las autoridades. Pueden ser argumentos, objetos,…tangibles o
intangibles.
9.2.- NECESIDAD
DE CONTENCION EMOCIONAL, ESCUCHA, COMPRENSIÓN Y RESPETO
Durante el proceso adoptiva las madres biológicas,
sea voluntariamente o involuntariamente decidida la adopción, van a vivenciar
un sinfín de emociones intensas de rabia, miedo, pena, vergüenza, soledad,
tristeza… El desbordamiento emocional está casi garantizado. Si se trata de una
adopción forzosa puede que incluso se desate la agresividad contras las
personas encargadas notificar la decisión tomada por la autoridades. En ese
caso hay que preservar la seguridad de los profesionales y tomar medidas de
contención física, por el bien de los y las profesionales, pero también para
que las madres biológicas o su entorno no cometan un delito que puede tener
consecuencias penales para ellas. O incluso para que ellas no sean víctimas de
su propia violencia, rabia o agresividad y hagan algo que luego les pueda pesar
excesivamente y de lo cual se tengan que arrepentir.
En estos momentos de dolor, de estupor y de
sentimientos de impotencia ante una realidad que se les impone estas madres necesitan
muestras de empatía hacia ellas. De esta manera podemos ayudarles a expresar,
reconocer y canalizar su rabia, enfado, dolor, impotencia, temores,
preocupaciones...de una forma productiva. Como estrategia para la contención
hay que ayudarles a tomar conciencia de las diferentes emociones, tienen que aceptarlas.
Para esta toma de conciencia de las emociones, deben de poder nombrarlas, reconocerlas
como legítimas y sentirlas para que luego, puedan desdramatizarlas,
explicitarlas e interpretarlas.
Posteriormente hay que ayudarles a reflexionar, para
que puedan tomar conciencia de las necesidades de sus hijos y optar por
colaborar en mayor o menor medida en los diferentes momentos y fases de la
adopción. En el caso de madres que ellas mismas han sido víctimas de abandono
por parte de sus propias madres, esta toma de conciencia puede ligarse a sus
propias situaciones carenciales cuando era niña, de forma que conectando con
sus sentimientos y emociones infantiles, pueda identificarse con su hija o hijo
y pueda aceptar la opción de liberar a sus hijos o hijas del mismo destino o de
los mismos riesgos y circunstancias que ella ha tenido en su vida.
Apelar a su propia infancia les ayuda a conectar con
las necesidades y sufrimientos de su hijo o hija y a empatizar y decidir de
forma maternalmente responsable. Que todas las madres desean lo mejor para su
hijo o hija es una verdad universal a la que se puede apelar y también las
madres negligentes e incluso maltratadoras pueden regirse por este principio,
al que deberemos apelar siempre que podamos.
En este proceso de contención emocional los
profesionales tienen que poder escuchar atentamente y con respeto las quejas,
reproches y lamentos, como modos de expresar su dolor y su rabia y malestar. El
profesional debe entender, aceptar y legitimar estas emociones de las madres y
controlar las suyas propias de miedo, incertidumbre o pena. No debe permitir que
la falta de distancia emocional le lleve a mimetizarse con la madre. Ha de
mantenerse en su posición de autoridad y solvencia señalando puntos comunes,
desacuerdos y diferencias de posición, mostrando respeto y cercanía personal hacia
las madres dolientes pero distanciándose de los hechos que motivan el abandono.
Esta forma de contención facilitará que se pueda centrar
el debate en el interés del niño o de la niña para posteriormente solicitarles
su colaboración tanto por su bien y por el de sus hijos y ayudándoles a
ayudarnos. Actuando moralmente bien y en conciencia, la persona que se ve
protagonista de la decisión de separación sea voluntaria o no, se podrá sentir
con más probabilidad en paz y pensar que ha hecho lo que debe y lo más
conveniente para su hijo o hija, aunque le resulte doloroso e injusto. Por el
bien de un hijo o de una hija, prácticamente cualquier madre, es capaz de
aceptar, incluso la renuncia a su hijo o hija.
9.3.- NECESIDAD DE
ACOMPAÑAMIENTO Y ASESORAMIENTO
Entregar voluntariamente a tu hijo o hija, o hacerlo
de manera forzosa, y hacerlo de un modo correcto no es una tarea fácil, que
cualquiera pueda hacer o esté en el catálogo de habilidades de cualquier
persona, si además el proceso es extremadamente doloroso y un sinfín de emociones,
conflictos y tensiones embargan a la persona.
Una persona en medio de un proceso de estas
dimensiones y con esta complejidad y además sujeta a presiones sociales como la
crítica, el reproche y el rechazo necesita acompañamiento cercano y asesoramiento
por parte de técnicos y profesionales que sepan manejar la situación y conducir
el proceso a los objetivos que se señalen para el superior interés del menor
que va a ser entregado en adopción.
Las personas que entregan a sus hijos o hijas
necesitan saber lo que tienen que hacer, qué pasos y cosas van unas detrás de
otras y poderlo hacer con la confianza en alguien y la sensación de que no se
les critica ni rechaza. En los momentos previos a la entrega en adopción hay
mucha confusión y mucho no saber qué hacer.
Un profesional con preparación puede dar apoyo y
orientación a la madre donante y acompañarla en estos momentos donde tampoco el
resto de las personas saben lo que hay que hacer y la madre donante tampoco
tiene las cosas muy claras, ni está del todo segura y convencida de qué es lo
mejor.
Este acompañamiento sirve también para encauzar las
actividades y prevenir la huida de la madre donante o de su entorno familiar
del escenario o que personas desconocedoras del procedimiento asuman la dirección
y gestión de la situación y continúen planteando las cosas a la vieja usanza.
10.- FASES DEL
DUELO EMOCIONAL POR LA PERDIDO DEL HIJO O HIJA
Toda pérdida emocional conlleva un proceso de duelo
que básicamente consiste en el proceso de superación de dicha pérdida a través
de un proceso que se describe a continuación y que es consustancial a todas las
pérdidas emocionales que sufrimos y en la medida que dicho proceso de duelo no
se lleva a efecto quedamos anclados en el dolor de la pérdida y por tanto estamos
incapacitados para avanzar y pasar página. El objetivo del duelo no es el
olvido. Es la superación del dolor a través de unas tareas emocionales y de
unos procedimientos que los profesionales podemos acompañar, sugerir y
monitorizar en los procesos de ayuda.
El duelo emocional que supone la pérdida de un hijo
o de una hija entregada en adopción tiene por los menos las siguientes fases:
1.
Fase de dolor
extremo, estado de choque emocional, la madre recibe el mazazo, el golpe con incredulidad,
negación, puede haber explosiones de rabia y de descontrol de la agresividad,
de las tristeza, de la angustia, del miedo y de la vergüenza. La sensación de
descontrol y insoportabilidad es muy elevada. Es el momento de pedirle que
comparta la experiencia con personas cercanas si las hay, si no las hubiera
habría que conceder espacio para una descarga de las emociones a través de los
pensamientos y expresiones de dolor como las lágrimas y la expresión de la
rabia o de la tristeza…
2.
Fase de
contención. Pasado un cierto tiempo de dolor intenso y difícil de manejar el
dolor va cediendo y es el momento de empezar a poner límites a las expresiones
de dolor y a contener las emociones, pudiendo hacer un balance de las pérdidas
y ganancias en medio de un estado de tristeza, pena y ciertos comportamientos
depresivos como desgana, pesimismo y agotamiento.
3.
Fase de
apertura hacia nuevas vías alternativas. Una vez contenido el dolor y
canalizado convenientemente, el dolor se atenúa, las emociones empiezan a ser controladas
y se empieza a aceptar la pérdida. Es el momento de comenzar con las
actividades para construir el legado que se le va a dejar al hijo o a la hija.
4.
Fase de superación
en la que se llevan a efecto alternativas a la situación anterior. La persona
se sobrepone a su dolor y da pasos en dirección a la solución de la situación. Se
asume la pérdida y la persona se integra en su nueva realidad. La vida continua
sin que se olvide del todo lo sucedido.
11.- LA
INTERVENCIÓN TÉCNICA CON LA FAMILIA BIOLÓGICA EN EL PROCESO DE ADOPCIÓN
En este apartado hacemos una propuesta de intervención basada en los
contenidos expuestos anteriormente y partiendo de la necesidad de una adecuada
participación de la familia biológica para que su legado llegue de forma
ordenada y adecuada a la persona adoptada y el proceso no suponga más dolor del
necesario en un proceso difícil de pérdida. Tendremos en cuenta los
sentimientos y vivencias de la madre biológica y sus posibles reacciones y
necesidades emocionales.
El proceso de apoyo a la madre donante, las acciones y objetivos a
alcanzar puede seguir el siguiente itinerario técnico:
11.1.- Fase de
notificación
Esta es la fase en la que bien la madre donante informa de la decisión
tomada a las autoridades o técnicos competentes en esta materia, o la madre a
la que se le pide una entrega forzosa, es informada por las autoridades de
protección de la medida asumida por el servicio competente en protección de
menores.
En esta fase el objetivo es informar de la medida tomada y de los pasos
que serán dados hasta la separación definitiva. Por ello es importante adecuar
el modo de informar a la situación emocional en la que se encuentra la madre
donante. Su estado emocional y el de su entorno será alterado por sentimientos
contradictorios y el clima emocional es muy propicio para malosentendidos, o
incomprensión de lo que se comunica. El lenguaje debe ser claro, directo y sin
rodeos ni tecnicismos innecesarios. Una vez que ya la información ha impactado
es el momento de pedir la colaboración, de informar de los pasos a dar o
protocolos de actuación y de ponerse a la espera de las respuestas emocionales
y reacciones legales. Es bueno cerciorarse de que la madre donante y su entorno
familiar han entendido bien la medida notificada y el procedimiento a seguir.
También es el momento de hacer el ofrecimiento de apoyo y acompañamiento
a la madre donante o forzada a entregar a su hijo. De dos a tres sesiones o
entrevistas pueden ser suficientes para dar esta fase por terminada y pasar a
la fase de contención y apoyo emocional.
Para apoyarse el profesional usará los documentos de notificación de la
medida y el protocolo de actuación donde marcará las acciones a realizar, los
plazos y los recursos.
2.- Fase de contención y apoyo emocional
Si hay reclamación judicial habrá que esperar a que esta quede decidida y
resuelta. En coso de continuidad del proceso es conveniente dedicar varias
sesiones, entre tres y cuatro para facilitar la contención emocional y la
elaboración emocional de la pérdida que va a ser sufrida por la madre donante.
A la vez que se acompaña emocionalmente y el profesional ayuda a la madre
donante a la expresión de sus emociones dolorosas y se muestra cercanía, se
continúa introduciendo las acciones destinadas a constituir el legado del niño
o niña que será entregado o entregada en adopción. Se invita pensar en el
bienestar y en las necesidades que va a tener el niño adoptado en relación a su
madre biológica y en lo que ella puede hacer por el bien de su hijo a pesar de
las circunstancias actuales.
Saber que puede todavía ser útil y necesaria para su hijo o hija, o que
lo que se le pide aunque no acepte la separación es bueno para su hijo o hija
en el futuro, le puede ayudar a contener su enfado y dolor y a colaborar por el
superior interés del menor y para dejarle a la criatura constancia de su
postura. “No estoy de acuerdo, pero
por el bien de mi hijo o hija hago lo que puede ser bueno para el o ella y
quiero que en el futuro se entere de cual era mi postura”.
3.- Fase de constitución del legado para el hijo
entregado
En esta fase una vez que ha quedado clara la necesidad de un legado para
el hijo o hija se procede a su constitución. Se realizarán las sesiones que
hagan falta para elaborar los siguientes elementos:
1.- Una carta de despedida
en la que se informa de la decisión tomada y la postura de la madre ante
la separación. Se exculpa al hijo o hija, se le explican los motivos de la
separación, un pequeño resumen de la vida de ambos progenitores, se hace
una presentación del padre y de la madre, se explica la relación que
existe entre ambos, se cuentan sus profesiones o dedicaciones, se le
encomienda a unas nuevas personas, se le desea suerte y bienestar, se le
da algún consejo y se emplaza o no a encuentros futuros cuando pueda
decidir hacer su búsqueda de orígenes e incluso solicitar contactos. La
madre donante debe explicitar su disposición a estos encuentros futuros.
Se puede citar a alguna otra persona relevante para la madre donante o su
familia que pueda dar explicaciones y mediar en caso de necesidad, se
trataría de algún profesional o persona relevante para la madre donante o
la familia que haya intervenido con ella y sea de su confianza
2.- Un historial de las
familias materna y paterna con los acontecimientos más relevantes de la
vida de ambas familias. Antecedentes biológicos, culturales, sanitarios,
vocacionales, lugares físicos de procedencia, movimientos familiares y
acontecimientos significativos. Se puede implementar una pequeña
presentación de los diferentes familiares del padre y de la madre donante.
3.- Un álbum de fotos de
los progenitores y de los familiares. Una foto de familia o fotos de
familia en las que aparezcan juntos los progenitores y el hijo o hija
entregada. Foto de cuando nació el hijo o la hija y si existe copia de la
ecografía. Fotos de las familia extensa y de los lugares más
significativos de la vida de ambos progenitores.
4.- Un recuerdo un regalo,
que puede ser un colgante, una cadenita, una pulsera, unos pendientes, un
anillo…
Esta fase puede ser resuelta entre 5 y 10 sesiones. Es importante que los
profesionales ofrezcan a la madre donante los recursos necesarios para elaborar
el legado a nivel material y a nivel de redacción y elaboración de los
documentos. Es conveniente que se haga de todos los documentos tres copias ; una
deberá permanecer en el expediente del menor en el Servicio de Infancia, otra
la debe guardar la madre donante y la tercera para que sea introducida en la
caja del legado que la madre donante entrega a los adoptantes.
4.- Fase de despedida y entrega
En esta fase se va a proceder a la separación definitiva y conviene hacer
un proceso de despedida y de entrega. La despedida deberá ser instituida como
un ritual del que si es posible, conviene dejar constancia gráfica a través de
alguna foto o video. Todo lo que se elabore debe servir al superior interés del
menor.
La despedida deberá ser acompañada y supervisada por el profesional o los
profesionales responsables. Debe tener todas las formalidades posibles.
Se puede iniciar pidiendo a la madre donante que de unas explicaciones a
su bebe y le cuente lo que se ha decidido y el por qué y para qué de su
entrega, es el momento de encomendarlo a sus nuevos padres y presentárselo.
Previamente habrá que preparar a los adoptantes para la ceremonia y acordar
cual va a ser su participación, es adecuado que se comprometan ante la madre y
los técnicos a cuidar y criar al nuevo hijo que reciben.
La ceremonia podría seguir los siguientes pasos:
1.- El bebé o el hijo o
hija está en brazos de su madre
5.- Los asistentes se
despiden
5.- Fase de seguimiento
En función de lo que las partes hayan acordado durante el proceso de
tramitación de la adopción el seguimiento técnico debe servir en el caso del
trabajo con la madre donante para regular y apoyar los siguientes procesos:
1.- Información regular
sobre el desarrollo del menor adoptado por parte de los adoptantes hacia
la madre donante y profesionales
2- Visitas y contactos
regulares entre la madre donante y el menor y sus adoptantes
3.- Mediación de orígenes.
En los tres supuestos hay que regular los tiempos, los contenidos y
mediar en cuantos conflictos o desacuerdos pudieran darse entre las partes. Es
también importante preservar el espacio y la intimidad de cada parte y que unos
y otros no se entrometan en las vidas de cada hogar, haya respeto mutuo y
predisposición a la colaboración.
Acordadas las cosas entre las partes y sostenidas por los técnicos la
madre donante y su entorno familiar pueden ser un buen recurso de apoyo para la
crianza del menor adoptado y unos colaboradores para momentos de crisis,
especialmente en la adolescencia, cuando las personas adoptadas tienen que
construir su identidad.
TAREA 7: Analiza el procedimiento de
intervención propuesto y contesta a las siguientes preguntas: ¿Cómo te
sentirías si fueras una madre donante si pasaras por estas experiencias de
apoyo técnico?, ¿Cómo te sentirías si fueras un o una adoptante, si tuvieras
que pasar por este proceso?, ¿Cómo te sentirías si fueras la persona adoptada?.
Si tienes la oportunidad entrevista a una madre adoptiva o a una persona
adoptada o incluso a alguien que haya entregado a su hijo o se lo hayan
retirado a la fuerza.
12.- RECOMENDACIONES PARA LA DONACIÓN PROPUESTAS POR LA ASOCIACION DE
AUTOAYUDA DE MADRES DONANTES O BIOLÓGICAS DE BERLIN “MÜTTER OHNE KIND”
Estas son las recomendaciones que propone una asociación de madres donantes
de Berlin, llamada “Mütter ohne Kind” (Madres sin Hijo) que hagan las madres
que quieren entregar a su hijo o hija en adopción cuando dan a luz en los
hospitales:
- Presencia
en el parto del padre, acompañando este a la madre
- Convivencia
de 2 ó 3 días con el/la bebé en la maternidad, para explicarle la decisión
que se va a tomar. Si se precisan más días, adelante
- Foto de
familia
- Asignación
de un nombre, de una identidad
- Carta de
despedida con explicación de los motivos para el abandono, desculpabilizando
de todo a su hijo/a, con recomendaciones para su vida futura no
comprometedoras, deseo de suerte, mostrando disposición a contactos
futuros
- Elaboración
de biografía de ambos progenitores, con fotos y documentos
- Regalo de
despedida (una cadenita, algo personal)
- Entrega
en brazos a sus nuevos padres adoptivos de madre a madre
PROPUESTA DE ACTIVIDADES
LECTURA Y ANÁLISIS: CARTA DE NATI A SU HIJA DADA EN ADOPCION
Hola cariño:
Me llamo Natividad Tellez Ortega, todo el
mundo me llama Nati, tengo 17 años y vivo en Bilbao. Soy una de tus mamas y me
gustaría darte esta carta como regalo en tu primer cumpleaños. Espero que
quienes van a ser tu papa y tu mama, te vayan contando lo que aquí pone cuando
puedas entenderlo y que te la entreguen cuando sea el mejor momento. Te voy a contar un poco quién soy, cómo me
entere de que vivías dentro de mí y por qué decidí que lo mejor era separarnos.
Para mí todavía ahora es difícil de entender, espero que tú si puedas hacerlo
algún día.
Mi mami, que se llamaba Asun, se marcha de
casa nada más cumplir 18 años, con una amiga, a Burgos. Allí conoce a mi padre,
Pedro, se enamoran y al poco tiempo queda embarazada, aunque ella sabía que no
iban a poder cuidar de mí, sigue adelante con el embarazo. Cuando yo tengo 1
año, mi madre se separa por primera vez de mi padre ya que él no nos trataba
demasiado bien. Al poco tiempo mi mami le da una segunda oportunidad y nos
vamos los tres a vivir a Marbella (Málaga) pero las palizas se repiten y mi
madre, sólo con lo puesto y conmigo en brazos, vuelve a casa, en Bilbao para
pedir a mis abuelos que cuiden de nosotras. Yo no me acuerdo de casi nada de
esta época, pero mi abuela suele decir
que tenía tanta hambre que me comía los helados a mordiscos. Me acuerdo de unas
botas muy grandes, siempre las llevaba puestas, no se las quitaba para dormir
porque mi padre sino la quitaba el dinero, o cuando nos fuimos de casa que sólo
llevaba encima esas botas y a mí. Era una mujer muy fuerte.
De los primeros años en Bilbao, me acuerdo de
que mi madre tenía muchas amigas y me llevaba a bares con ella, allí me daban
golosinas para comer y recuerdo que más de un día me quedaba dormida allí
mismo. Era mi abuela quien se ocupaba de nosotras. Al poco tiempo de llegar, le
diagnosticaron a mi mami una enfermedad mortal y que no iba a vivir más de seis
meses. Aunque aguantó 7 años más.
Cuando tenía 9 años, hice mi primera comunión,
unos meses más tarde, cuando era verano se murió. Mi abuela, que se llama
Manoli, es cocinera y fue ella quien estuvo allí hasta el último momento, a mí
no me dejaban verla porque decía que no quería que la recordara como estaba,
sino como había sido.
Mi mami se parecía mucho a mí físicamente y me
mimaba quizá demasiado. Fue una luchadora pero tuvo mala suerte en la vida,
aunque yo sé que siempre hizo todo lo que pudo para que yo estuviera bien.
A mi padre nunca le conocí y la verdad es que
no tengo buena opinión de él. Aunque a veces pienso que es porque sólo me han
hablado de él, quienes no le conocían. La información que tengo es que murió
hace años, que quiso contactar conmigo pero mi abuela y mi mami no le
dejaron. Me gustaría saber quién fue y
cómo era, quizá algún día busque a mi familia en Marbella, porque quiera o no,
era mi padre y si mi mami estuvo con él, por algo sería.
Ahora estoy estudiando 1º de Bachillerato, por
la rama de Sociales. Cuando acabe, me gustaría trabajar con niños. Lo que más
me gusta es salir con mis amigos y oír música, imagino que cuando recibas esta
carta y puedas leerla ya no estarán en las listas de éxitos, pero si puedes
encontrarlo y te apetece, me gusta mucho Antonio Orozco y El Canto del Loco. Me
gustaría poder decirte que leo, que voy al teatro, a pintar o cosas así, pero
no es cierto, lo que si me gustaría es que tú las hicieras, que aprendieras
muchas cosas y que puedas hacer todo lo que te propongas, si te pareces a mi lo
conseguirás, porque dicen que soy muy cabezona así que ya sabes, ¡A por todas,
que tú puedes!.
Todavía no te he contado nada de quien junto
conmigo, hizo posible que tú nacieras. Se llama Iker y ahora tiene 20 años, es
alto y con unos ojos preciosos, es muy simpático y generoso. Iker tampoco ha
tenido una vida fácil, su madre es cocinera, como mi abuela, y su padre se
dedica a hacer transportes. Sus padres se separaron hace mucho y él vive desde
entonces con su madre, que está bastante desquiciada. Su padre no le hace
demasiado caso porque como vive con las hijas de su nueva mujer, no tiene
demasiado tiempo para Iker. Cuando nos enteramos de que ibas a nacer, estuvo
todo el tiempo conmigo y me ayudo en lo que pudo. Ya no estamos juntos, quizá
todo esto haya sido demasiado duro para los dos y vernos nos recordaba tanto a
ti que no hemos podido continuar, aunque somos amigos.
Iker y yo llevábamos 2 años juntos. Siempre
hemos tomado precauciones, pero algo falló. Cuando vuelvo de vacaciones a
Bilbao en Septiembre de 2003, empiezo a notar que tengo el vientre un poco
hinchado y por si acaso me hago una prueba de embarazo, da negativo. Pasa
Octubre y Noviembre y el vientre parece más hinchado pero yo sigo sangrando
todos los meses y me he hecho otra prueba que también ha sido negativa. A
primeros de Diciembre me hago la tercera prueba y da positivo. Yo no entendía
nada, porque seguía teniendo mis reglas periódicamente. Pero era verdad, así
que fui a una clínica para que me dijeran de cuánto tiempo estaba embarazada.
Cuando vino la enfermera para darme el resultado, vi su cara y sabía que algo
malo estaba pasando, entré a la consulta y me dijo “¿querías saber de cuánto
tiempo estabas no?, pues siéntate, porque si no, te vas a caer de culo, no
estás ni de dos ni de tres meses, esto es un parto inminente, vas a parir
dentro de 2 semanas a lo sumo”. Ahora sí, que no entendía nada, yo había tenido
la regla todos estos meses, dos pruebas habían dado negativo y de repente tú
estabas llamando a mi puerta ... Se me cayó todo encima, pequeña, todo.
No sabía qué hacer, qué hacer contigo, siento
decirlo así pero es que estaba muy perdida. No podía contar con mi familia, mi
abuelo estaba muy enfermo y no se lo podía decir, mis tíos no lo habrían
entendido ni me habrían creído. Y mi abuela, que era la única que lo sabía me
dijo que era una decisión muy importante y que era yo la que tenía que decidir.
Iker también me decía que haríamos lo que yo decidiera, pero yo no sabía qué
hacer y me sentía muy muy sola.
Pensé y lloré y volví a pensar y a llorar y al
final decidí. Yo no iba a poder cuidarte como es debido, tampoco quería que te
faltara un padre como a mi, ni que las dos malviviéramos si yo dejaba de
estudiar y me ponía a trabajar. Sigo sin saber si lo he hecho bien o mal.
Aunque creo que ha sido lo correcto, lo mejor para ti, aunque yo siga llorando y dudando. Pero estoy
feliz porque sé que las personas con quienes estás, te van a querer tanto como
yo y te van a cuidar mucho mejor de lo que yo habría podido hacer.
Quiero que sepas que no estaba sola del todo,
ha habido una persona que aunque no era de mi familia, ha estado a mi lado y me
ha apoyado en todo lo que he hecho, me ha ayudado a ver las alternativas, y me
explico qué era lo de la adopción y cómo nos iba a afectar a ti y a mí, es
bueno tener alguien en quien confiar y que sabes que no te va a juzgar.
Pero vamos a dejar las cosas tristes que te
voy a contar cómo naciste, princesa. Era 28 de Diciembre, el día de los
Inocentes, muy acertado ¿verdad?. Era de noche, me llevaron al hospital mis
tíos (a mi abuelo le dimos una excusa y lo creyó). Al principio todo el mundo
me trató muy bien hasta que supieron que yo te iba a ceder en adopción. Entonces
todo cambió y me empezaron a tratar fatal. Nada más nacer te pusieron encima de
mi vientre, estabas húmeda y caliente, eras tan bonita y tan frágil... pero
rápidamente te retiraron de mí. Apenas me dejaron verte y sólo pude estar
contigo unos minutos el día que salí del hospital y porque me encaré a las
enfermeras, pude hacerte una foto pero ni siquiera me dejaron cogerte, ni
siquiera eso, ni siquiera te dejaron el nombre que te puse, porque te puse un
nombre ¿sabes?. Sé que te llaman Nerea pero para mí siempre serás Iraide. (El
nombre es vasco pero viene de Hera, la Diosa de las mujeres y de la primavera,
la época en que fuiste concebida).
Me gustaría decirles algo, a los que ya son
tus papas: Hola a los dos, cuando
nuestra hija nació era Navidad, pensé en vosotros, en qué tipo de personas
seriáis, también pensé en lo mucho que debíais desear tener una hija, en todo
el tiempo que habríais estado esperando, en todo el amor que tendríais guardado
para ella, en que sería el mejor regalo que la Navidad os habría dado nunca y
sabéis?, estos pensamientos me ayudaron mucho a decidirme, de modo que gracias
por estar ahí. Por favor, no la malcriéis, ella va a ser fuerte, lo sé, sólo
necesitará vuestro apoyo y mucho, mucho cariño. Y por favor, dadle esta carta, contádsela
al principio como un cuento hasta que sea lo suficientemente mayor para
entenderlo todo. Por favor, dádsela, por mí y por ella.
Cariño, espero que hagas caso a lo que te
digan tu papá y tu mamá, ellos saben lo que es bueno para ti y son las personas
que más te quieren en el mundo. Cuando seas más mayor, como yo ahora, confía en
ellos, son los únicos que nunca te fallaran Se una buena persona, o como dice
alguien que conozco, un ser humano autentico utilizando la única libertad que
tenemos, que es elegir en cada momento cuál es nuestro camino, pero también
asumiendo las consecuencias de lo que vamos haciendo en ese caminar.
Bueno princesa, me gustaría poder decirte
hasta luego pero no me quiero mentir, no sé si nos volveremos a encontrar, yo
espero que sí. Quiero que sepas que en cuanto quieras yo estaré totalmente
dispuesta y encantada de conocerte algún día, de poder charlar contigo, de ver
en qué persona te has convertido, de saber que todo esto ha merecido la pena y
sobre todo de poder darte aquel beso que nos robaron.
TAREA 8: Analiza la carta escrita por
una educadora y suscrita por Nati y contesta a las siguientes preguntas:
- Técnicamente
que evaluación te merece la carta
- Qué cambiarías,
quitarías o añadirías
- Qué
efectos piensas que hará esta carta en Iraide
- Qué
efectos tendrá en sus padres adoptivos
- Cuando
entregarías tu esta carta y por qué. ¿Esperarías a que Iraide tenga 18
años?. ¿Tendrían los adoptantes derecho a no entregarla?
- Evalúa el
comportamiento de los y las profesionales del hospital y señala que tenían
que haber hecho según tu criterio. ¿Cuáles han sido sus errores?
TAREA 9: Lectura del documento adjunto “Mütter
ohne Kind”- Asociación madres sin hijo. Grupo de autoayuda de Berlin (Alemania).
Servicio de asesoramiento para madres biológicas y padres biológicos folleto de
información y asesoramiento para mujeres que quieren dar a su hijo en adopción